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"Yo, persona", en la Revista Leer
Ellen Duthie
"Yo, persona", entre las sugerencias de lectura para infantil y juvenil de Ada del Moral en la Revista Leer:
"La editorial Wonder Ponder ya nos sorprendió con su primer experimento, el fabuloso Mundo cruel y ahora ya queda claro que sus propuestas, tan originales como fundamentadas, van a dar que hablar en el mundo editorial y literario. En este caso, Yo, persona centra su propuesta de filosofía visual en descubrir a los niños qué significa ser un humano a través de catorce láminas con escenas que dan mucho que pensar, por lo atrevidas y lo incorrectas –en el mejor sentido de la palabra-, sus más de cien preguntas para mentes intrépidas y sus propuestas de uso que vienen completadas con una breve guía para niños y adultos. Las cajas Wonder Ponder son un juego diferente, interesante y constructivo. En definitiva, un reto que merece la pena y no deja indiferente a nadie."
Babelia (El País) destaca "Yo, persona" como una "pepita de oro" en el panorama de novedades LIJ
Ellen Duthie
El suplemento Babelia de El País planteaba el pasado sábado la pregunta: "¿Clásicos o novedades para niños o adolescentes?" Luis Magrinyà se encargó de escribir sobre las bondades de algunos clásicos y Nuria Barrios sobre las novedades.
Entre estas novedades, destacó el nuevo título de Filosofía visual para niños de Wonder Ponder, Yo, persona:
"Abro siempre los libros destinados a niños como quien mete las manos en el agua de un río, escarba en el fondo arenoso y, al sacarlas, ve resplandecer entre la arcilla pepitas de oro. Busco aquellos que me devuelvan el asombro y la perplejidad de cuando era niña, que me regalen el placer de entonces. Historias sin moraleja ni moralina ni intenciones didácticas, que me lleven a contemplar las cosas desde puntos de vista inusuales, a cuestionar lo cotidiano. Libros que me hablan de lo más complejo de la forma más inteligente, que es siempre la más sencilla. Libros que saltan la barrera de la edad y la barrera de los géneros. [...]
Nuria Barrios recomienda algunas de estas "pepitas de oro":
"algunas novedades que plantean una concepción distinta del niño, una concepción distinta del adulto y una concepción distinta de la lectura. Libros como Yo, persona (Wonder Ponder), la segunda entrega de la interesentísima colección Filosofía visual para niños, que iniciaron Elen Duthie y Daniela Martagón con Mundo cruel. Una modernísima caja de Pandora, repleta de preguntas de apariencia inofensiva que provocan reflexiones nada inocentes: ¿Cuál es tu primer recuerdo? ¿Tienes la certeza de que es un recuerdo real? ¿Qué parte de la persona que eres hoy estaba ya ahí cuando eras bebé y seguirá estando ahí cuando tengas noventa y un años? Si un clon tuyo hiciera algo mal, ¿quién sería responsable? ¿Qué cosas son las que te hacen una persona única y distinta de todas las demás? ¿Quién eres tú? [...]
Yo, persona
Ellen Duthie
¡Ya llegó! Yo, persona, el segundo título de la serie de Filosofía visual para niños de Wonder Ponder ya está aquí. Tras Mundo cruel, el libro-juego que invitaba a pensar de un modo seriamente divertido sobre la crueldad, llega Yo, persona, el libro-juego que te invita pensar sobre quién eres y qué eres. ¿Cómo sabes que en realidad no eres un robot? ¿Hubieras sido una persona diferente si hubieras nacido del sexo opuesto? ¿Podría ser mejor futbolista un robot que un humano? ¿Qué tendría que tener un alienígena, o cómo tendría que ser, para que lo consideráramos una persona, o al menos merecedor de los mismos derechos que una persona? Y tú, ¿qué piensas?
¡Agotada la primera edición de Mundo cruel! ¡La segunda en camino!
Ellen Duthie
¡La primera edición de Mundo cruel en español ha VOLADO!
Desde aquí, queremos dar las gracias a todas las estupendas librerías y tiendas que han apostado por Wonder Ponder y la Filosofía visual para niños. Han hecho una labor de ventas espectacular. Hay algunas en concreto que han vendido "mundos crueles" como auténticos churros. Ellas saben quiénes son. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Pero las buenas noticias no acaban aquí. ¡La semana que viene nos llegará la segunda edición de Mundo cruel, acompañada de nuestro nuevo título Yo, persona!
Las librerías y tiendas en España interesadas pueden hacer ya sus prepedidos de Yo, persona y de la nueva edición de Mundo cruel a nuestro distribuidor Roberto Masi (Libri e Altro) por email a info@libriealtro.com o por teléfono +34 600 214 481.
Falta poco para la llegada de Yo, persona, nuestro nuevo título de filosofía visual para niños
Ellen Duthie
Ya queda muy poco para la publicación de Yo, persona, nuestro nuevo título de Filosofía visual para niños que se centra en dos grandísimas preguntas: ¿Quién soy yo? y ¿Qué soy yo?
Yo, persona estará disponible en España a partir del 11 de junio 2015.
En primicia y con mucha emoción, os presentamos la portada y la contraportada del segundo libro-juego de la serie Wonder Ponder de Filosofía visual para niños.
Por qué nunca haríamos un título sobre la bondad o sobre la aceptación de la diversidad
Ellen Duthie
Ya antes de lanzar nuestro primer título, Mundo cruel, escribimos el post ¿Quién se atreve a no adoctrinar? en el que tratábamos de explicar la diferencia entre partir de una idea o de un valor que como autoridades adultas consideramos necesario y conveniente inocular en niños y jóvenes y partir de un problema, duda o pregunta genuina que como acompañantes adultos consideramos interesante indagar junto con niños y jóvenes.
Cuando hacemos un taller o una presentación de Mundo cruel y del proyecto Wonder Ponder de filosofía visual para niños en general solemos pedir al final que los asistentes nos hagan sugerencias de temas para futuras cajas en los que les interesaría pensar.
Prácticamente sin excepción, todas las sugerencias parten de una necesidad percibida de que los niños aprendan a pensar "bien" sobre determinadas realidades. Pensar "bien" aquí se traduce en pensar lo que creemos que deben pensar. En las últimas presentaciones con niños y padres, por ejemplo, dos de las sugerencias que hemos recibido han sido la bondad y la aceptación de la diversidad.
Empecemos por la bondad.
"Aparte de la crueldad, también se podría hacer una caja de un tema más bonito, como la bondad". Aunque la sugerencia vino de un niño, varios padres estuvieron de acuerdo. Les gustaba la idea de filosofía visual para niños, les gustaba el enfoque y la forma de hacer dialogar y pensar, pero ¿realmente era necesario abrir la serie con un título sobre la crueldad? "Es la única duda que tengo", nos decía una madre.
La bondad es menos interesante filosóficamente, o más bien, lo es especialmente en relación con la maldad. ¿Por qué? Principalmente porque no solemos tener problemas para explicar la bondad. Pero la maldad nos perturba. La crueldad gratuita nos deja sin palabras, literalmente. ¿Cómo podemos encajar estos actos dentro de la naturaleza humana sin que nos sacuda? ¿Cómo podemos incluso reconocernos en ciertos comportamientos crueles o "malvados" y seguir manteniendo que en general somos buena gente? Chocan conceptos, chocan ideales, chocan metas. Y salta la chispa necesaria para preocupar, para enganchar filosóficamente, para querer buscar respuesta mediante la reflexión. Una caja con 14 escenas sobre la bondad, ¿cómo sería? ¿cómo engancharía? ¿cómo interesaría?
Cuando se nos sugiere hacer cajas sobre temas como la bondad o la generosidad, lo que se reclama realmente es que demos modelos positivos en lugar de modelos que se consideran como negativos. Pero en Wonder Ponder no entendemos que las escenas de crueldad que se incluyen en nuestro primer título se presenten como modelos negativos, sino como modelos reconocibles como uno mismo o como alguien que uno conoce en actitudes que nos cuesta encajar y comprender y que nos dan que pensar.
El mercado de la literatura infantil está repleto de modelos positivos de bondad, generosidad y tolerancia. Al niño no se le dice otra cosa: sé bueno, acepta a los demás, comparte.
Para comprender hasta qué punto se les taladra a los niños con estos mandamientos y mensajes, baste reproducir el comentario de un niño en la presentación reciente sobre esta imagen:
¿Es cruel?
"Sí".
"¿Por qué?"
"Porque no lo está compartiendo con los cachorros".
¿Y qué tal el tema de la aceptación de la diversidad?
Aquí, la propia expresión ya es tramposa. Puede que hiciéramos una caja sobre la diversidad, sobre "el otro", sobre "lo otro". Esto podría dar mucho que pensar. Pero no se puede "pensar" sobre la aceptación de la diversidad. No se puede "pensar" sobre la tolerancia. Expresado así, lo que realmente buscamos es dar un mandamiento: sé tolerante, acepta al distinto. En Wonder Ponder no nos interesan los mandamientos, sino rascar los mandamientos para ver qué hay detrás. Nos interesa el matiz, la excepción, la duda. Pensar en situaciones donde choca nuestro impulso inicial con el supuesto mandamiento, analizar la validez del impulso inicial, comprender los motivos, pensarlos. ¿Es posible que este proceso de pensamiento acabe por reforzar el mandamiento que algunos quieren inculcar? En muchos casos es muy probable, pero el camino por el que se ha transitado hasta llegar a la asimilación del "mandamiento" es muy distinto en un caso y en otro.
Como decíamos en aquel post ¿Quién se atreve a no adoctrinar? que mencionábamos al inicio, nos interesa mucho más la profundidad, la complejidad y la autenticidad de los valores y posturas cuando son el resultado de un proceso de reflexión libre sin censura en lugar de un proceso de adoctrinamiento, imposición o suave influencia en la dirección "adecuada".
Dicho lo cual, ¡nos encanta recibir propuestas para futuros temas! Podéis hacerlo en nuestro Facebook.
¿Quién teme al porqué feroz?
Ellen Duthie
La serie Wonder Ponder, Filosofía visual para niños, se basa en la pregunta y en el cuestionamiento de nuestras opiniones, posturas y reacciones dadas para, entre otras cosas, concienciar sobre la dificultad y el esfuerzo que requiere saber qué piensa uno sobre el mundo y sobre sí mismo, por qué piensa lo que piensa y cómo llegó a esa postura. Por el camino, la intención es también que experimentemos lo divertido que puede ser este proceso de ejercer nuestra responsabilidad de pensar las cosas "en serio".
El primer título de la serie - Mundo cruel- invita a lectores de ocho años en adelante (también a adultos) a pensar sobre la crueldad y acerca de nuestra relación con la crueldad de un modo que es a la vez serio y seriamente divertido. Las escenas curiosas que contiene detonan preguntas intrigantes que invitan a la reflexión y al diálogo, estimulando el desarrollo de un pensamiento propio y facilitando la construcción de un mapa visual y conceptual de la crueldad.
Desde su lanzamiento el pasado mes de noviembre, han aparecido numerosas reseñas en medios de comunicación y blogs muy positivas y en muy buena sintonía con las intenciones e intereses con los que nos embarcamos en este proyecto.
Nos resulta estimulante lo entusiasta de muchas de las reacciones y estamos muy satisfechas, no solo por haber hecho exactamente lo que queríamos, del modo exacto en que lo queríamos hacer, sino por aparentemente haber logrado comunicarlo con éxito.
Igualmente, la aceptación en librerías ha sido muy buena, así como entre los profesores –desde maestros de preescolar, hasta profesores de secundaria, desde para fomentar el diálogo en tutorías hasta para realizar proyectos de investigación en Educación para la ciudadanía- y entre las familias que han lo han jugado y leído en casa. Las reacciones y experiencias han sido muy positivas.
Pero en este post queremos hablar de las excepciones: de las reacciones menos positivas y que dejan entrever varias preocupaciones que parecen repetirse. Son preocupaciones muy frecuentes en torno a la infancia, a la educación y al material que se presenta a los niños, por lo que nos parece importante abordarlas. Por eso y porque quizás sirva para explicar en mayor detalle nuestro proyecto de Filosofía visual para niños y niñas.
Pensando sobre estas preocupaciones y sobre nuestra respuesta a las mismas, nos ha parecido que todas tienen que ver con el uso de la pregunta como eje del material (sin dar respuestas "correctas", ni siquiera "buscadas" o "deseadas"). La pregunta verdadera (no la que busca y exige una respuesta predeterminada, ni la retórica, ni la de cortesía) como forma de comunicación, de indagación y descubrimiento es algo a lo que estamos poco acostumbrados, por lo que en cierto sentido es normal que despierte dudas e inseguridades, especialmente cuando lo aplicamos a nuestra relación con niños y nos reconocemos a nosotros mismos como co-indagadores en lugar de autoridades transmisoras de verdades. No es tan fácil.
Veamos entonces esas dudas.
1. ¿Realmente es lícito cuestionarlo todo, "jugar" con todo?
Una librería a la que mandamos Mundo cruel como regalo a modo de carta de presentación, devolvió el título a nuestro distribuidor con una nota vehemente: “no puede estar más alejado de nuestra forma de ver el mundo”. La verdad, no entendimos qué quería decir. Nuestra esfuerzo se centra en no presentar una visión determinada del mundo (aunque sí una forma de relacionarse con el mundo, de observarlo, de pensarlo y de evaluarlo), por lo que no entendíamos que hubiéramos presentado una visión que pudiera ofender. Tras pensarlo mucho, se nos ocurre que esta reacción visceral puede ser por el uso del humor en un asunto tan serio como la crueldad. "Ciertos temas no son para reírse", parece que nos querían decir. "Con la crueldad, no se juega, ni se cuestionan determinadas verdades". Si nuestra interpretación es correcta, se entendería que para abordar la crueldad con niños, sería más apropiado hacerlo desde la condena inequívoca que desde la reflexión abierta, que deja lugar a posibles respuestas que no preveíamos y no queríamos inculcar en el niño como adultos responsables de su formación.
La forma más habitual de hacer esta condena inequívoca sería mediante la presentación de modelos a seguir o ejemplos a evitar. El choque estaría entre una reflexión abierta (y por tanto no controlada en su resultado) frente a la necesidad o conveniencia de ejemplarizar (positiva o negativamente) en la educación ética y moral.
En general, en la historia de la literatura infantil y en el material concebido para educar en valores, se distingue entre las modalidades donde se presentan conductas y modelos positivos a imitar y las modalidades donde se presentan conductas y ejemplos negativos a evitar. En el sentido en que nos interesa aquí, se trata de dos lados de la misma moneda: la condena inequívoca o la prescripción inequívoca. Según este enfoque, que sigue siendo predominante en la educación en valores y en la "literatura" al servicio de la educación en valores, el mundo adulto acuerda una serie de valores que sería nuestra responsabilidad transmitir e inculcar en los niños -adultos del futuro- y se diseñan medios de transmisión a tal efecto que muestren ejemplos de niños tomando la decisión "correcta", por ejemplo, en una determinada situación.
La idea es que mediante la presentación del ejemplo de la toma de decisión "correcta" por parte del modelo a imitar, los niños van asimilando el valor como algo deseable y correcto. A base de repetición durante la educación de los niños, estos valores acabarían asimilándose.
Este enfoque asume un modelo de transmisión o inserción de valores, en el que, por ejemplo, la idea de que "no hay que matar hormigas" se transmite al niño, que aprende y asimila, en dicha transmisión, el precepto moral.
El problema aquí es el concepto de aprendizaje. El modelo de "transmisión de valores", en el que el niño sería un recipiente a llenar por unos adultos que saben, otorga un papel pasivo al sujeto aprendedor que imposibilita, a nuestro modo de ver, un verdadero aprendizaje. Para que tenga lugar el aprendizaje, el niño debe ser una parte activa -la principal- de ese aprendizaje, y en este modelo no es fácil verlo.
Se podrá reclamar que en este modelo, el proceso de transmisión también puede ir acompañado de un proceso de reflexión. Sin embargo, la propia forma en la que se presentan los ejemplos imposibilita una reflexión real. La reflexión requiere preguntas reales, requiere de cierta ambigüedad, de la posibilidad de que haya otras formas de ver el mundo. Si en la propia presentación del caso, se excluyen otras formas de ver, la reflexión no puede ser más que un nombre bonito que ponerle a un simulacro.
Así, la decisión "difícil" que suele tener que tomar el modelo de comportamiento ejemplar se presenta en forma de supuesto dilema moral cuando en realidad suele ser una burda elección entre "el bien" y "el mal". (El verdadero dilema moral se da, por ejemplo, cuando la circunstancia obliga a elegir entre dos males).
Lo que Wonder Ponder propone, frente al modelo ejemplar (a imitar o a evitar) es un modelo de indagación moral, que exige cuestionamiento, reflexión, y asumir responsabilidad por nuestros posicionamientos. Frente a la condena o ejemplarización inequívoca proponemos una reflexión abierta. ¿A riesgo de que alguien pueda alcanzar una conclusión "no deseada"? Decididamente, sí. Una conclusión meditada y argumentada ante otros será más real y nos dirá mucho más acerca de su "propietario" que una conclusión recibida en bandeja y "asimilada". La vida moral y ética rara vez viene en blanco y negro. Y si los adultos rascamos un poco, no tardaremos en traducir ese "blanco y negro" en "imitable y evitable":
No sólo es lícito cuestionarlo todo, sino que, si somos serios, es imposible no hacerlo.
2. ¿Cuestionar y pensar sobre determinadas cosas puede hacernos sufrir?
Un cliente de una de nuestras librerías estrella (hay un puñado de librerías en España que parece que trabajan para nosotras de tanto que nos recomiendan y venden -¡gracias!-) parecía interesado en un inicio pero luego dijo: “pero si le enseño esto a mis hijos, pensarán en ello”. “Sí’, dijo la librera, “esa es la idea”.
Entre adultos, es frecuente pensar que exponer ciertos materiales a los niños les puede hacer pensar en temas en los que de otro modo no pensarían. La preocupación parece ser que presentarles material sobre ciertos temas (como pueden ser la muerte o la crueldad) les expone innecesariamente a asuntos de los que de otro modo serían más o menos felizmente ignorantes o al menos asuntos que de otro modo no someterían a una reflexión pausada, sacando o entreviendo una serie de posibles conclusiones, quizás no demasiado reconfortantes.
Lo importante, creemos desde Wonder Ponder, es entender que los adultos no imponemos la agenda de los temas en los que van a pensar los niños. No podemos controlar lo que "entra" en el niño, ni tampoco lo que sale del mismo. No podemos garantizar que el niño solo pensará en lo que le permitimos pensar con nuestros filtros y escudos. Los niños, desde edades muy tempranas piensan sobre la vida, la muerte, la enfermedad, la injusticia, la felicidad, la crueldad, la culpa, la frustración, y también muestran perplejidad sobre la propia existencia, la diferencia entre fantasía y realidad, entre lo verdadero y lo falso y lo que podemos saber con certeza y lo que no.
Pensar sobre determinadas cosas puede ser duro, pero lo es mucho menos si se piensa y se dialoga abiertamente y se contrastan visiones que si se aparca o se posterga el pensamiento "para cuando seas más mayor y lo entiendas".
3. ¿Pero para qué vamos a preguntar y pensar sobre estas cosas cuando no hay ningún problema?
El propietario de otra librería nos dijo que no entendía por qué se habría de hacer pensar a los niños en estas cosas (“quizás para niños con problemas, que necesiten terapia”). “Los niños de ahora”, añadió, “son tan inocentes que ni siquiera reconocerían la crueldad si la vieran. Mis hijos y sus amigos son todos muy buenos, yo lo veo cuando los observo jugar”.
En este caso, se produce un choque entre el modelo de esperar a abordar problemas hasta que salgan a la luz y tratarlos únicamente con los protagonistas directos del problema frente al modelo de reflexionar sobre situaciones reales, hipotéticas, ficcionales o futuras para que, en caso de que surja un problema o una situación difícil de afrontar se sepa identificar y que ya haya un proceso de reflexión previa que puede servir de herramienta para abordarlo o comprenderlo mejor.
Nosotras entendemos que si esperamos a que surjan los problemas para dialogar, corremos el riesgo de limitar el diálogo a momentos de necesidad, como si el diálogo fuera algo a evitar a no ser que sea estrictamente necesario. Desgraciadamente estos momentos de necesidad suelen ser también momentos dramáticos y traumáticos. Y en estos momentos, efectivamente, es muy difícil hablar. Especialmente si nunca se ha hablado antes.
Pensar y preguntar sobre estas cuestiones "sin venir a cuento", puede ayudar a los niños y niñas (y a nosotros) a afrontar cuestiones, pensar sobre ellas, darles la vuelta, prepararnos y familiarizarnos con cuestiones que ya están afrontando o que afrontarán en algún momento en el futuro próximo. Les ayuda a identificar sus propios sentimientos y las razones por las que pueden sentir lo que sienten y también los sentimientos de otras personas. Les hace conscientes de que es posible pensar sobre el mundo y les da “permiso” para pensar sobre ello.
Lo que se propone desde Wonder Ponder, y desde la filosofía para niños en general, es hablar con los niños sobre todo, para que se acostumbren a pensar en todo tipo de cosas. Como efecto secundario de la reflexión filosófica, es muy posible que estén mejor equipados para afrontar ciertas cosas, o que tengan menos miedo para hablar de ellas, cuando se les presenten sin avisar en la vida.
4. ¿No es inevitable dirigir el pensamiento de los niños hacia donde "nos interesa"?
Y por último, hay a quien preocupa que dirijamos inevitablemente el pensamiento de los niños hacia donde "nos interesa". Es una preocupación que suele expresarse antes de haber visto el contenido de la caja con detenimiento, pero lo que parece preocupar es que las preguntas dirijan en alguna dirección determinada al niño.
¿Por qué será que salta la preocupación más cuando se dirige hacia el cuestionamiento y a la pregunta que cuando se dirige el pensamiento propiamente dicho, en forma de mensaje o moraleja?
Lo que nos proponemos en Wonder Ponder es usar esa capacidad de “dirigir” de la imagen para provocar preguntas en lugar de dirigir a pensamientos determinados, como ocurre con demasiada frecuencia en la literatura infantil, y no hablemos ya de material sobre valores. Dirigimos a preguntas y luego a la pregunta contraria en una misma imagen.
Si un niño está enfadado, queremos que el lector/jugador se pregunte por qué y no necesariamente interprete el enfado como una explicación de la escena.
Hemos cuidado mucho que cada imagen "contenga multitudes", a lo Whitman. Y precisamente, a la vez que aparentemente dirijan en una dirección determinada, propongan justo la contraria o introduzcan una duda. Hemos incorporado perspectivas múltiples siempre que hemos podido. Invirtiendo roles, exagerando realidades y cuestionando lo a menudo incuestionable se trata de que cuando miremos las imágenes precisamente nos asalten dudas de todo tipo, antes de darnos cuenta de que para contestar servirá mucho empezar de nuevo.
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Los libros que hacen preguntas sin proporcionar respuestas y como en este caso, donde no hay una respuesta “correcta” que el adulto puede reservar hasta el final del proceso de reflexión para soltarla como un mago y resolver todas las dudas, despiertan dudas e inseguridades en muchos adultos.
En un sistema educativo y en general en una sociedad donde se concibe a los niños como recipientes en los que podemos verter lo que más nos interesa como sociedad o lo que creemos que más puede interesar al niño para vivir en esa sociedad, donde se opera desde el convencimiento de que podemos controlar lo que entra en el niño, como adulto no es fácil ni cómodo bajarse de ese pedestal de autoridad, donde tan seguros y tan a gusto nos encontramos, para caminar con el niño y –de verdad– indagar junto a él en las posibles respuestas a una pregunta. Reconocer que él o ella te puede iluminar a ti, al igual que tú a ella. Abrirse a que te haga una pregunta cuya respuesta desconoces y poder decir: “no lo sé, pensémoslo juntos” y luego pensarlo juntos de verdad, y no desde la superioridad adulta. Esto no es fácil tampoco. Y Wonder Ponder demanda justamente eso. Wonder Ponder le dice al mediador, ¡eh tú! ¡Juega tú también! ¡Piensa tú también, que no lo tienes tan claro!
¡Y seguimos preguntando!
En la segunda caja, que se editará en mayo, planteamos escenas y preguntas sobre la identidad personal y la inteligencia artificial. ¿Sabes con total certeza que eres una persona? ¿Cómo sabes que en realidad no eres un robot? Si tuvieras dos o tres cerebros, ¿serías dos o tres personas? ¿Qué es exactamente una persona? Y tú, ¿qué piensas?
"La ficha negra también juega": Mundo cruel en Letras Libres, por Laia Jufresa
Ellen Duthie
"La ficha negra también juega": una fantástica, detallada, observadora, pensada y amorosa reseña de Mundo cruel, por Laia Jufresa en Letras Libres. Realmente nos están conmoviendo algunas de las reseñas que van saliendo sobre Mundo cruel y Wonder Ponder en general. Ésta es una de las que más: http://www.letraslibres.com/blogs/simpatias-y-diferencias/la-ficha-negra-tambien-juega
Reseña de Mundo cruel de Wonder Ponder en HASER. Revista Internacional de Filosofía Aplicada
Ellen Duthie
Hoy se ha publicado el número 6 de HASER. Revista Internacional de Filosofía Aplicada, donde aparece la siguiente reseña de nuestro Mundo cruel escrita por Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado.
"Sus autoras", dice Sánchez-Manjavacas, "han creado un nuevo nivel a la hora de tratar de hacer interacciones filosóficas y creativas con los más pequeños.
Lo llama "la gran revelación del año 2014" y asegura que "revoluciona el panorama de la filosofía para niños incluyendo algo a lo que no se le suele dar demasiada importancia: aprender a leer las imágenes".
"Este producto supone una innovación que hace a la Filosofía para Niños no permanecer dormida en las mismas metodologías didácticas".
A continuación, la reseña completa:
Número completo de HASER. Revista Internacional de Filosofía Aplicada.
En La Ventana de la Cadena SER: El taller "Filosofía de cuento", con Mundo cruel de Wonder Ponder
Ellen Duthie
Ayer, 23 de febrero, La Ventana de la Cadena SER retransmitió un reportaje realizado por Sonia Ballesteros sobre el taller "Filosofía de cuento" de filosofía con niños a partir de la literatura infantil, que está teniendo lugar durante cuatro sábados (del 14 de febrero al 7 de marzo) en la Librería La Central de Callao de Madrid.
El sábado 21, la sesión de Filosofía de cuento giró en torno al tema de la crueldad, para lo cual vimos escenas de Mundo cruel, de Wonder Ponder.
Podéis escucharlo aquí:
"Mundo cruel" en "El Cultural" de El Mundo, con una reseña de Cecilia Frías
Ellen Duthie
Mundo cruel
Ellen Duthie y Daniela Martagón
Wonder Ponder, 17,95€. (A partir de 8 años)
Adentrarse en Mundo cruel es como enfrentarse a un espejo en el que no siempre gusta verse reflejado. Y todo a través de 14 láminas que representan una serie de escenas, inofensivas en apariencia. Pero solo hay que detener la mirada en cada imagen para descubrir situaciones que destilan crueldad. Así, la estampa de una niña machacando la cabeza de una hormiga con la punta de su lápiz, la de un padre que obliga a bañarse a su hijo aunque éste se deshaga en llantos o la de unos hermanos que hacen rabiar a un bebé enjaulado en su cuna cuando no se puede defender. Son solo una pequeña muestra, pero las preguntas que se plantean a la vuelta de cada escena darían para que reflexionásemos durante meses. ¿Es cruel obligar a hacer a alguien lo que no quiere? ¿Por qué a veces ser cruel puede resultar divertido? ¿Hay vidas que valen más que otras? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo? ¿Sirve de algo castigar la crueldad con más crueldad?
Los vientos desatados se traducen en este torrente de preguntas que no siempre encontrará respuestas unívocas pero que, mediante estas situaciones cotidianas nos harán tomar conciencia de los recovecos de la conducta humana, de cómo cualquiera se puede convertir en víctima, de cómo la venganza, la diversión o la curiosidad nos pueden llevar a comportamientos crueles, o meditar si la crueldad contra animales tiene menos importancia. Una obra de “filosofía visual” que invita al diálogo y a la confrontación de posturas. Una caja-libro que debería ser de lectura obligatoria, pues nada tan estimulante como la invitación que figura en su tapa: “Abre, mira, piensa.”. CECILIA FRÍAS
Reseña en Buk Magazin
Ellen Duthie
Publicado el 3 febrero, 2015, en Buk Magazin Por María Asuero
Mundo Cruel. Proyecto Wonder Ponder. Ellen Duthie & Daniela Martagón
Hace un par de meses nacía Wonder Ponder, un proyecto de filosofía visual para niños. El primer número, «Mundo Cruel», es una cajita negra donde se recogen catorce tarjetas con ilustraciones distintas y donde se reflejan catorce escenas, relacionadas directa o indirectamente con la crueldad (además añade un glosario de conceptos para reflexionar, instrucciones de uso, un mapamundi de la crueldad y tarjetas para que el lector dibuje sus propias escenas de «Mundo Cruel»)
Entre las diversas ilustraciones, encontramos a una niña matando hormigas con un lápiz, un padre que obliga a su hija a bañarse, una familia comiendo sopa de gato o unas señoras que se ríen de un hombre que no sabe que se le han bajado los pantalones. Cada tarjeta viene acompañada de una serie de preguntas: ¿Es cruel obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer? ¿Alguna vez has sentido pena por lo que había en tu plato? ¿Sienten dolor las hormigas? ¿Sienten miedo? ¿Importa?
El lector/jugador arrojará sus pensamientos, reflexiones y experiencias. Porque lo más interesante y lo más valioso de este proyecto es que no hay respuestas válidas, ni mejores repuestas, ni respuestas correctas o incorrectas. No intenta adoctrinar, ni intentar que el lector se enmarque en una línea de pensamiento. Lo que se pretende es que el lector procese esta información y, sobre todo, que reflexione: ¿cuándo la crueldad queda justificada? ¿Quién traza esa línea? ¿Es la crueldad inherente a la vida?
Ante esta explosión de ideas y ante este grandioso proyecto, lo que verdaderamente me interesaba era descubrir qué respuestas suscitaban en los niños. ¿Sería tan interesante para mis alumnos como me parecía a mí?
Lógicamente, lo primero que hicieron los niños fue relacionar las imágenes con sus experiencias personales, con situaciones análogas a las que las ilustraciones mostraban. Ningún niño se había planteado en ningún momento de su vida que los humanos fuésemos crueles con los animales, pero al ver las imágenes sentían haber presenciado algún momento parecido.
Llamaba la atención cómo distinguían, por ejemplo, entre bichos y animales. No habían pensado anteriormente si matar bichos era cruel y casi todos se habían sentido «crueles» cuando les atacaban. Sin embargo, «matar animales era otra cosa» y justificaban en este caso la crueldad porque nos servían de alimento.
Les pareció chocante la inversión de roles al ver a animales y a humanos expuestos igualmente en un zoológico en un mundo extraterrestre, o ver que las ratas experimentaban con humanos. Llegaron, por ello, a un importante punto de inflexión: ¿por qué la vida humana estaba por encima de la animal? ¿No éramos los humanos los que estábamos destrozando el planeta?
Los humanos eran, sin duda alguna, los más crueles de todos. Entre los humanos, los adultos estaban por encima de los niños, pues casi siempre estaban mandando, castigando y diciendo lo que estaba bien y lo que no. Se pensaban conocedores de todo, ordenando desde una superioridad que ellos consideraban errónea. Se veían muy reflejados cuando el humor rozaba la crueldad y les parecía imposible no reírse ante una caída, o situación ridícula accidental. Aquello «era humano» e inevitable.
En general, la mayoría de los niños estaban de acuerdo en que el ser humano era el único que se divertía siendo cruel. Los animales mataban o atacaban por instinto, pero nunca de manera racional y consciente. Decían que viviríamos en un mundo mejor si usásemos la crueldad por necesidad. «No habría guerras, porque no pelearíamos por dinero ni poder».
No queda duda alguna de que esta prueba piloto demostró que a los niños no solo les gustaba «hacer filosofía», sino que les servía para la vida. En palabras de los niños, esta experiencia les «hacía pensar en cosas que nunca antes se habían planteado». En un sistema educativo (aquí hago una crítica desde dentro) donde la información se retiene, se vomita para rápidamente olvidarla y donde en pocos casos se dan las herramientas para aprender a digerirla, se hacen imprescindibles la inclusión de este tipo de proyectos donde los niños puedan preguntarse (wonder) y reflexión (ponder).
Wonder Ponder anuncian en su web (que invito a visitar www.wonderponderonline.com) nuevos temas como Yo, persona (identidad personal); ¿Será posible? (posible e imposible); De pies y manos (libertad);¡Pellízcame! (realidad, imaginación y sueño); ¿Pero para qué? (felicidad y sentido de la vida).
Los esperaremos impacientes. Larga vida a Wonder Ponder.
Receta para ser crueles a conciencia. Wonder Ponder y la primera entrega de Filosofía Visual para Niños: “Mundo cruel”
Ellen Duthie
Publicado el 26 de noviembre, 2014 por Germán Machado en el blog Garabatos y Ringorrangos.
En 1963, cuando Hannah Arendt quiso explicar el carácter y la mentalidad de uno de los protagonistas de la barbarie que se desarrolló durante la segunda guerra mundial, acuñó una idea: la de “la banalidad del mal”. Con ello no quería decir que los responsables de los actos de barbarie (torturas, asesinatos, violaciones, exterminio masivo) fueran inocentes y no debieran de ser juzgados y condenados. Quería señalar, en todo caso, que esos actos no respondieron a una capacidad excepcional de crueldad humana, y que, en definitiva, las acciones criminales se habían llevado a cabo en el marco de un sistema: un régimen industrial y burocrático del asesinato en masa, orientado a la exterminación del ser humano.
Los responsables de la barbarie habían actuado en cumplimiento de órdenes, de planes y de reglas, sin pararse a pensar, sin reflexionar, sin cuestionarse sobre lo que hacían ni sobre sus responsabilidades. De algún modo, encontraban sus prácticas como algo “normal”. El “mal” no era, así, un asunto humano, sino un resultado sistémico: un engranaje, una pieza de ingeniería, un conjunto de pautas de acción sin necesidad de ser legitimadas.
Planteando el problema de “la banalidad del mal”, Hanna Arendt, que fue muy criticada por esta idea, rompía radicalmente con los conceptos de una “naturaleza humana” buena (Rousseau y el “buen salvaje”) o mala (Hobbes y “el hombre como un lobo para el hombre”), y subrayaba la complejidad de unas condiciones históricas, sociales, culturales, políticas (la condición humana) para alertar luego sobre la necesidad de estar muy atentos a la banalización del mal y evitar, entonces, que se repitiera.
70 años después del final de la segunda guerra mundial, una hora de telediario nos alertará sobre el hecho de que “la banalidad del mal” no solo no se ha detenido, sino que se ha agudizado. Por su lado, la participación en ámbitos de socialización de la infancia también nos dejará ver que, en distintos grados, con distintas implicancias, sin la carga de aberración que comportó (y aún hoy comporta) la guerra, niños y niñas pueden desarrollar actos de crueldad que resultan banales.
¿Por qué las sociedades humanas no pueden detenerse a reflexionar sobre este asunto de la crueldad? ¿Por qué a los humanos nos resulta tan difícil pensar en todos aquellos actos que cometemos a diario, voluntaria o involuntariamente, donde la crueldad se manifiesta de manera más o menos dañina? ¿Y cómo se podría hacer para reflexionar sobre estos temas junto con las nuevas generaciones, allí cuando, de un modo u otro, niños y niñas desarrollan o anticipan actos de crueldad de diversos grados y en distintas modalidades?
Ya sé que no es comparable el acto de torturar a una persona hasta la muerte y la “travesura infantil” de hacer fumar a un sapo hasta que reviente o de aplastar hormigas, pero pienso que si los humanos vamos a ser crueles, es mejor que al menos seamos conscientes de que lo somos, y de qué manera. Quizás eso ayude a corregirnos.
“¡Te pillé!”, lámina con escena de crueldad incluida en “Mundo cruel”, Filosofía visual para niños, de Wonder Ponder.
En esa dirección, me gustaría presentar hoy una propuesta que apunta a tomar conciencia sobre la crueldad y sus formas. Visualizar el problema. Hablar de ello. Pensar en ello. Reflexionar sobre ello.
La primera entrega del proyecto de “Filosofía visual para niños” de Wonder Ponder nos ofrece una receta para esto: incluso cuando, estamos avisados, no hay recetas.
Ingredientes:
– una caja de 17 x 17 cms.
– 14 láminas con escenas que contienen un breve relato ilustrado acerca de la crueldad y muchas preguntas sobre el tema
– 3 láminas para crear escenas propias
– 1 lámina con propuestas de uso e ideas para “wonderponderear” (de “wonder”: preguntarse y asombrarse; y de “ponder”: reflexionar).
– 1 lámina con una breve guía de conceptos esenciales para condimentar el conjunto
– 1 poster desplegable para colgar en el dormitorio y mirar mientras hacemos la digestión
Vídeo presentación del proyecto Wonder Ponder.
Modo de preparar:
En un lateral de la caja indica: “Abre, mira, piensa”. De todos modos, supongo que se puede variar el modo de cocinar los ingredientes. Por ejemplo: mirar, abrir, pensar. O pensar, mirar, abrir. O abrir, pensar, mirar… Y así, sucesiva y alternadamente, a gusto de los invitados.
De mi parte, antes de abrir la caja, me percaté que el asunto está muy bien diseñado, cosa que luego verifiqué al abrirla y al encontrar los ingredientes antes enumerados. Hay aquí una línea de diseño que pone en juego un proyecto entero de comunicación: idea, concepto, textos, imágenes, ilustraciones, dinámicas de uso, propuestas de apropiación, modalidades de compartir, objetivos, destinatarios y preguntas: una cantidad de preguntas, arriba de 100 preguntas más o menos abiertas.
Y que conste: lo de poner en juego no está dicho como una metáfora. La caja de “Mundo cruel” puede ser utilizada como si se tratara de un juego de mesa. Y está bien, porque hay mucho de juego aquí. Pero enseguida nos daremos cuenta de que este “Mundo cruel” también tiene algo de libro, y no solo por el ISBN que figura en una de las láminas destinada a la información sobre las autoras y sobre el proyecto, sino también por todo el trabajo de edición con el que se ha ofrecido este proyecto de “filosofía visual para niños”: se trata de un libro en el que las páginas no están cosidas para facilitar así que el lector pueda definir y alterar cualquier orden de lectura.
Las láminas presentan escenas de crueldad muy diversas, que van desde la imagen de un león devorando a un cabrito hasta la de una niña aplastando hormigas, pasando por una escena de acoso escolar. Las escenas se conforman con unas ilustraciones de carácter expresionista, con un toque naíf, muy en la línea de los fanzines punk de los años 80. Entiendo que la ilustración, trabajo de Daniela Martagón, es muy apropiada para niños, sobre todo cuando se espera de ellos que se involucren en la creación de nuevas escenas de crueldad. Debajo de las escenas ilustradas, un breve texto (de una línea o dos), hace hablar a algunos de los personajes ilustrados, reforzando con las palabras el acto de crueldad que se ilustra.
En el reverso de la lámina, un conjunto de preguntas muy directas, lo suficientemente próximas al mundo y a la vida diaria de los niños, desordenadas a propósito en torno a globos que no pretenden sistematizar ningún discurso, preguntas que buscan disparar una discusión amplia y profunda sobre el acto de crueldad que se ilustró en el anverso. Una discusión que al modo socrático fomente la conversación y la escucha, que permita expresar el acuerdo y el desacuerdo, que motive a dar razones para justificar la opinión:
¿Los castigos funcionan? ¿Crees que los castigos son crueles siempre o a veces están bien? ¿Es cruel obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer? ¿Pueden ser crueles los animales? ¿Alguna vez se ha reído alguien de ti cuando te has caído o has tenido un accidente? ¿Te gustaría vivir en un zoo? Si el cazador matara a Blancanieves, ¿quién sería responsable de su muerte: el cazador o la reina? ¿Hay vidas que valen más que otras? ¿Hay alguna diferencia entre comer pollo y comer gato? ¿Alguna vez has matado algo sin querer? ¿Cómo te sentiste? ¿Podemos ser crueles con nosotros mismos? ¿Cuándo deja algo de ser un juego y se convierte en crueldad?
Como decía, el proyecto tiene un diseño muy pensado. Es claro que refleja y recoge una larga experiencia de trabajo con niños en torno a ese afán de poner la filosofía al alcance de los más pequeños, justamente, a lo que se dedica una de las autoras de “Mundo cruel”, la escritora Ellen Duthie, quien además viene poniendo su trabajo al alcance de todos desde hace dos años, a través de uno de sus blogs: Filosofía a la de tres.
Es claro, también, que se recoge aquí un trabajo de la autora muy inserto en lo mejor de la Literatura Infantil, lo que la aleja de confundir la literatura con la autoayuda, o la autoayuda y la “alfabetización emocional” (sic) con esta propuesta de acercar la reflexión filosófica a los más pequeños, para jugar pensando, para pensar jugando, para invitar a la reflexión y al diálogo sin el afán de adoctrinar, buscando estimular “el desarrollo de un pensamiento propio y facilitando la construcción de un mapa visual y conceptual del tema abordado”, como bien dice debajo de la caja del juego, o sea, en la contratapa del libro.
A mi gusto, esta propuesta de filosofía visual con niños (está recomendado a partir de los 8 años, aunque pienso que se puede ofrecer a niños más pequeños) facilitará la puesta en escena de los distintos temas que se pretenden abordar: al tema de la crueldad, que es el de esta primera entrega, sucederán los temas de la identidad personal, lo posible y lo imposible, la libertad, la realidad y la imaginación, la felicidad y el sentido de la vida. Vale decir, con “Mundo cruel” se da inicio a un proyecto ambicioso que, así lo creo, prosperará, pues contagia entusiasmo y atiende a una necesidad de conversar con los niños, una necesidad cada vez más sentida en los hogares y en los ámbitos educativos.
Y por cierto, a mí este libro-juego me enganchó muchísimo, y no solo me quedé pensando largo en el asunto de la crueldad, sino que además ilustré y creé mi propia escena en una de las láminas que se incluyen para ello:
Sí, sí, ya lo sé: no soy bueno dibujando, vale. Pero esto es para seguir con el tema, con el proyecto y con mi entusiasmo…
Presentación de Mundo cruel para profesores, padres y otros mediadores
Ellen Duthie
El próximo miércoles 28 de enero, a las 19:30 horas, en la librería La Central de Callao, os invitamos a conocer más de cerca nuestro primer título Mundo cruel y nuestro proyecto de Filosofía visual para niños.
La presentación, de la mano de la editora Raquel Martínez y la autora del concepto y los textos, Ellen Duthie,, está dirigida a adultos:
(profesores,
profesoras,
padres,
madres,
abuelos,
tíos,
bibliotecarios
y otros mediadores curiosos).
Ven y descubre cómo surgió el proyecto, en qué se fundamenta e inspira y en qué estábamos pensando cuando decidimos estrenar la serie con un libro para niños sobre la crueldad.
Ellen Duthie hablará de nuestro proyecto de Filosofía visual para niños como autora de Wonder Ponder, pero también desde su experiencia como facilitadora de talleres de filosofía con niños en escuelas públicas y otros centros institucionales y en centros privados.
Asimismo, Ellen hablará de:
- El diálogo en el aula y en el hogar.
- La filosofía como vehículo para plantear temas que podemos concebir como difíciles o "duros".
- Qué aporta específicamente este material frente a otros estímulos para el diálogo, como por ejemplo la literatura infantil, que pueden usarse también en diálogos filosóficos con niños.
- Los vínculos entre la fantasía y la filosofía.
- Dudas e inseguridades de los adultos frente a libros que no dan respuestas y que nos quitan autoridad frente a los niños.
Os invitamos a venir y participar en lo que esperamos sea, además de la presentación de nuestro libro Mundo cruel, sobre todo una oportunidad para disfrutar de un intercambio sobre el lugar de la filosofía en la vida de los niños y de los adultos y el papel de los adultos y el de los niños en el aprendizaje.
Qué: Wonder Ponder presenta su primer título de Filosofía visual para niños, Mundo cruel.
Cuándo: 28 de enero, 19:30 horas.
Dónde: La Central de Callao (Postigo de San Martín 8. 28013 Madrid. Metro: Callao).
Con la presencia de la editora Raquel Martínez Uña y de la autora Ellen Duthie.
Participa en el evento en Facebook aquí.
¿Pero cómo se practica el Wonder Ponder?
Ellen Duthie
El Wonder Ponder se practica como más guste al lector/jugador. Te invitamos a probar distintas formas, a inventar nuevos modos (¡y a contárnoslo! -escríbenos a info@wonderponderonline.com-).
Aunque no somos muy partidarios de las instrucciones propiamente dichas, sí tenemos varias propuestas de uso e ideas para wonderponderear que nos gustan especialmente al equipo de Wonder Ponder y que queremos compartir.
¡Allá vamos!
Propuesta número 1: Como un libro
Lee tu caja Wonder Ponder como un libro, tal cual. Pero es un libro especial, con páginas sueltas, que puedes ordenar como quieras o barajar al azar. ¿Cambia lo que piensas según el orden en que lo lees?
El formato de Mundo cruel y de las futuras cajas de la serie de Filosofía visual para niños plantea una estructura abierta y no jerarquizada que pretende otorgar a los lectores/jugadores el máximo poder sobre sus decisiones de cómo interaccionar con el libro-juego.
Algunas ideas para leerlo como un libro:
-Léelo en el órden que viene en la caja, de principio a fin, exactamente como si las páginas estuvieran cosidas. Primero una imagen, luego las preguntas, luego la siguiente imagen, y sus preguntas y así sucesivamente hasta llegar al final.
-Ahora cámbialas de orden al azar y vuelve a leerlo como si fuera un libro.
-Trata de ordenarlas según distintos criterios que se te ocurran. Por ejemplo, puedes intentar ordenarlas por orden de crueldad, de más cruel a menos cruel o de menos a más. O por colores, o por cualquier otro criterio que se te ocurra. Vuelve a leerlo y piensa.
- Lee únicamente las imágenes y haz tus propias preguntas. ¿Qué te sugiere la imagen? ¿Qué piensas cuando la miras? ¿Qué preguntas te haces? ¿Cómo las contestarías?
- Selecciona tres o cuatro al azar y léelas como un mini-libro dentro del libro. ¿Ves alguna relación interesante entre las escenas seleccionadas?
Propuesta número 2: Muro de la crueldad
Busca una pared con espacio y hazte un "muro de la crueldad" con las escenas de Mundo cruel. Acércate y fíjate bien. Aléjate y mira el conjunto. Piensa. ¿Te animas a ir añadiendo tus propias escenas?
Ver todas las escenas juntas puede descubrirnos relaciones interesantes entre las distintas situaciones y hacernos pensar en preguntas más generales o abstractas sobre la crueldad. ¿Qué preguntas nos podemos hacer sobre todas las escenas en su conjunto? ¿Falta algo para completar el particular "mapa de la crueldad" contenido en nuestro mural? Si crees que sí, es hora de combinar esta propuesta con la número 7 y crear tus propias escenas para completar tu mural.
Nuestro mural puede ser temporal o semi-permanente. Podemos tenerlo puesto durante una semana o dos y mirarlo un ratito todos los días para ver qué se nos va ocurriendo.
Puedes colocar el póster en el centro del mural y pensar en todo a la vez.
Propuesta número 3:
Con lupa
Fíjate en las historias principales de cada escena, pero también en las pequeñas historias secundarias. ¿Te has fijado en las hormigas que transportan el cadáver de un escarabajo muerto en la escena donde la niña está matando la hormiga? ¿Has visto cómo un "simpático" científico reparte piruletas a los niños enjaulados en la escena en la que los científicos experimentan con el niño y su capacidad para aguantar las cosquillas y los pellizcos?
Ahora echa un buen vistazo al póster. Mira todos los detallitos. ¿Qué es cruel? ¿Qué no lo es tanto? ¿Por qué? ¿Te suena algún personaje del póster?
Puedes entretenerte buscando a algunos de los personajes de las escenas en el póster:
- La niña que mata a la hormiga y que acosa a la niña en el patio (quizás te hayas fijado en que son sospechosamente parecidas)
- Arnoldo pisando a la reina de Blancanieves
- El bebé al que sus hermanos le hacen rabiar.
- El padre castigado caminando.
- El niño y el koala del zoo alienígena.
- Una de las ratas científicas del laboratorio.
El póster también esconde algunos personajes literarios que quizás conozcas:
- La Sirenita (Hans Christian Andersen)
- Max, de Donde viven los monstruos (Maurice Sendak)
- Aida tocando su cuerno mágico, de Al otro lado -Outside Over There- (Maurice Sendak)
- Toni Zarpas, de Ningún beso para mamá (Tomi Ungerer)
- Mowgli y Bagheera, de El libro de la selva (Rudyard Kipling)
- El Principito, de Antoine de Saint-Exupery
- Carfante (tal y como aparece en el Animalario Universal del Profesor Revillod, de Miguel Murugarren y Javier Sáez Castán).
¡Y mucho más!
Propuesta número 4: Asómate y entra
Toma una de las escenas. Mírala bien. Ahora cierra los ojos e imagínate caminando lenta, lentamente hasta entrar en la escena. ¿Qué ves? ¿Qué sientes?
Es interesante imaginarse como un espectador de las distintas situaciones. ¿Qué harías? ¿Intervendrías? ¿Por qué?
Propuesta número 5: Cambio de pellejo
¿Quién quieres ser? ¿Un animal enjaulado? ¿Un padre forzando a su hijo a bañarse? ¿Una hormiga a punto de ser asesinada? Ponte en su pellejo. Ahora mira con sus ojos y piensa con su mente.
Imaginarse en los distintos "pellejos" de los personajes de las escenas nos puede descubrir ideas y argumentos en los que normalmente no nos paramos a pensar. Jugar a que cada uno adopta uno de los papeles y contrastar los distintos puntos de vista es divertido y puede ser muy revelador.
Propuesta número 6: Reportero de la crueldad
Entrevista a tu abuela, al carnicero o a la novia de tu hermano. ¿Piensan, por ejemplo, que la a veces la crueldad puede estar justificada? Seguro que tienen historias y puntos de vista interesantes que compartir.
Puedes enviar tus entrevistas a info@wonderponderonline.com. ¡Publicaremos las mejores!
Propuesta número 7:
Crea tu propia escena
Usa las tarjetas en blanco de tu caja para diseñar tu propia escenas Wonder Ponder. Partiendo de tu propia fascinación o perplejidad, ¿serás capaz de crear una escena que provoque la misma fascinación o perplejidad en las personas que la vean?
PUNTOS DE PARTIDA:
interés, fascinación, cuestionamiento (propios)
Haz una lista: Apunta situaciones o preguntas sobre la crueldad que te parezcan interesantes o que te hagan cuestionar cosas. No le des demasiadas vueltas. Simplemente ponte a escribir.
Lee tu lista con atención. ¿Qué dos o tres preguntas te parecen las más interesantes y que podrían provocar diálogos con más enjundia? Ya tienes las finalistas.
Elige la mejor pregunta. Para ayudarte con la selección de la ganadora, piensa en lo siguiente:
- ¿Es una pregunta de verdad? (¿te interesa de verdad oír lo que tienen que decir sobre ella los demás?)
- ¿Es una pregunta que requiere una reflexión clara y atenta antes de poder responder a ella?
- ¿Es una pregunta que da pie a otras preguntas, también interesantes?
- ¿Se te ocurren varias maneras distintas de ver la cuestión y de responder a la pregunta?
¿Has tomado una decisión?
Bien. Ya tienes tu tema.
OBJETIVOS:
interés, fascinación, cuestionamiento (en otros)
Haz otra lista: Anota todas las ideas que se te ocurran para escenas que puedan hacer que los demás se pregunten tu pregunta elegida y provocar un diálogo con enjundia sobre tu tema elegido.
Lee tu lista con atención para elegir a las mejores candidatas a escena elegida. Para ayudarte, puedes pensar en lo siguiente:
- ¿Logra la escena representar tu pregunta sobre la crueldad de una manera que hace pensar?
- ¿Permite apreciar y adoptar distintos puntos de vista?
- ¿Representa relaciones distintas de las que conforman la acción principal?
- ¿Crees que la escena hará que las personas cuestionen sus propias convicciones o comportamiento o analicen con más atención sus propias ideas y actitudes?
Lee la "Breve guía de conceptos esenciales para acompañar la lectura de tu Mundo Cruel" también, para ayudarte a decidir cuál es la mejor escena para provocar la pregunta y el diálogo que te interesa.
¿Has tomado ya una decisión?
Genial. Ya tienes tu escena.
ES HORA DE PENSAR EN LA ILUSTRACIÓN.
La representación: Ahora hay que hacer que tu idea se pueda leer con los ojos. ¿Cómo vas a despertar interés, provocar más preguntas y permitir varias interpretaciones?
La tensión atrapa y mantiene el interés de las personas y les motiva a inventar teorías sobre lo que ven (y lo que no ven). ¿Está a punto de ocurrir algo horrible? ¿O quizás ha ocurrido ya?
Las emociones y la consciencia: Céntrate en los ojos, la boca y el cuerpo para expresar lo que tus personajes sienten y piensan. ¿Están asustados o coléricos? ¿Son conscientes de su situación?
El color centra nuestra atención, pero también puede provocarnos sensaciones muy intensas e inmediatas. Elije una paleta de colores y juega con ellos, relacionándolos con personas, sabores y sentimientos. No es una ciencia exacta, pero con mucha práctica y observación atenta podrás desarrollar un sentido de qué colores quieres usar para según qué ocasiones y lugares.
El lugar o el contexto es otro elemento a tener en cuenta. Piensa en el lugar (espacio y tiempo) que más favorezca a la historia y elige cosas representativas de ese lugar para que aparezcan en la escena. En una imagen como la que estamos buscando, es mejor que haya pocas cosas para que rápidamente reconozcamos la situación. Esto ayuda a retener la imagen en nuestra memoria, y poder volver a ella más fácilmente.
La exageración. Prueba a exagerar con el tamaño, la proporción y la intensidad. Esto ayuda a hacer que la idea sea reconocible y hace que las cosas se vean diferentes, introduciendo un elemento de humor.
La palabra: ¿Qué quieres que sea visible y qué cosas conviene más decirlas con palabras? No es cuestión de explicar qué ocurre; eso debe estar claro en la imagen. Aprovecha la leyenda para añadir significado a tu escena.
Ensayo y error. Aprendemos a construir imágenes ensayando y corrigiendo. Muestra a otras personas tu escena filosófica, pregúntales qué está pasando y escucha lo que dicen. Esto te indicará si vas por el buen camino. Replantea, retoca, aclara y vuelve a mostrar tu escena. Repite el proceso hasta que te guste el resultado.
POR ÚLTIMO, QUEDA ESCRIBIR LAS PREGUNTAS AL DORSO DE TU ESCENA
Piensa en preguntas sobre tu escena (entre 5 y 8). Asegúrate de redactarlas de forma que todo el mundo las entienda (esto te llevará algo de tiempo). Pruébalas con otras personas y ve retocando la redacción. Algunas de tus preguntas serán más filosóficas que otras. Eso está bien. Las preguntas menos filosóficas pueden ayudar a establecer algunas ideas antes de abordar preguntas más filosóficas. Trata de evitar preguntas dirigidas (preguntas que, por la forma en que están redactadas, empujen al que contesta a responderlas de una manera determinada). Las preguntas más interesantes serán difíciles de responder. Si cuando repases tus preguntas sabes responder a todas ellas sin sombra de duda, vuelve a editarlas y dales otra vuelta hasta que consigas unas preguntas más interesantes para un diálogo. Evita preguntas que se puedan responder con un dato o preguntando a un experto. Busca en su lugar preguntas que requieran ver muchos puntos de vista, y oír varios argumentos y razonamientos antes de aventurarnos con una respuesta.
¿Ya las tienes?
¡Lo conseguiste! Has creado tu propia escena Wonder Ponder. ¡Enhorabuena!
Propuesta número 8:
Como un juego de (sobre)mesa.
Con dado o sin dado, las cajas de Wonder Ponder son un estupendo entretenimiento de sobremesa. Descubre si los demás miembros de tu familia alguna vez han tenido que abordar una situación parecida en la vida real, o qué harían ellos en esa situación, y qué piensan y por qué lo piensan sobre las distintas preguntas que se plantean sobre cada escena.
Sentados alrededor de la mesa alguien selecciona una de las escenas al azar (o una que le interese en especial).
Antes de leer las preguntas, se puede describir en el máximo detalle la escena. ¿Qué está pasando? ¿Por qué está pasando? ¿Qué puede haber pasado antes? ¿Qué creemos que podría pasar después? ¿Qué nos hace sentir la escena? ¿Por qué? ¿Nos identificamos con alguien o con parte de la situación de la escena? ¿Con qué?
¿Qué preguntas interesantes se nos ocurren sobre la escena? ¿Aparte de preguntas sobre la escena específica, la escena nos hace pensar en otras preguntas sobre otras situaciones o en preguntas más generales? ¿Cuáles? Cada uno puede apuntar las suyas y luego preguntarlas a los demás, o todos pueden apuntarlas en un mismo papel, para compartirlas desde el principio e ir contestándolas una a una. Si no apetece apuntarlas, también está bien.
Después de haber planteado las preguntas propias, damos la vuelta a la lámina y elegimos o bien una pregunta al azar o bien una que nos interese especialmente. ¿Es fácil responder? ¿Estamos seguros de lo que pensamos? ¿Alguien en la mesa no está de acuerdo? ¿Por qué? No se trata de convencer sino de formar una postura lo más sólida posible a partir del razonamiento sobre lo que se piensa y sobre lo que piensan los demás. ¿Alguien ha dicho algo en lo que no habías pensado y que te haya parecido interesante? ¿Te ha hecho dudar de tu opinión, cambiarla o enriquecerla? ¿Has enriquecido la postura de otras personas de la mesa?
También se pueden mirar todas las escenas relativamente rápido para ver qué nos parecen antes de seleccionar una que nos llame la atención en especial.
Otra variante es que cada uno tome una lámina, lea y piense un poco sobre las preguntas al dorso, piense en otras propias, para luego planteárselas a las demás.
Para los amantes de los dados, en un papel, se asigna un número a cada pregunta de una lámina. Tiramos el dado y tratamos de responder entre todos a la pregunta que corresponda.
¡Nos interesan tus propuestas!
¿Has usado tu caja Wonder Ponder de alguna forma distinta a las propuestas aquí? Cuéntanoslo dejando un comentario aquí o enviándonos un correo a info@wonderponderonline.com. Incorporaremos las propuestas que más nos gusten a la lista "oficial" de ideas para wonderponderear.
Juego-entrevista a Wonder Ponder
Ellen Duthie
Esta juego-entrevista a Wonder Ponder nos fue planteada en el lanzamiento del sello y presentación de nuestro primer título, Mundo Cruel, el 20 de noviembre de 2014, por Gustavo Puerta Leisse y Aitana Carrasco Inglés.
En la ocasión de la presentación de Wonder Ponder, fue el azar de un dado lo que determinó qué preguntas contestamos de las muchas que contiene la entrevista. Pero aquí hemos querido responder a todas, tranquilamente y con detenimiento.
Queremos agradecerles sus preguntas, algunas crueles, como tenía que ser, otras más bondadosas, pero todas interesantes, para entender mejor qué hay y quienes estamos detrás de Wonder Ponder y de su serie de libros-juego de Filosofía visual para niños.
¡Allá vamos!
CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DEL PROYECTO WONDER PONDER
WP: Esta pregunta nos gusta, porque realmente creemos que éste es uno de los aspectos más interesantes de Wonder Ponder. En las bibliotecas, es probable que lo coloquen en la sección documental o de libro informativo de infantil. El problema con los términos "documental" o "informativo" es que en ninguno de los casos encaja el carácter interrogativo o indagatorio de Wonder Ponder. No informa y tampoco documenta nada, estrictamente. El término "No-ficción", que usan más los anglosajones, evita este problema, pero al mismo tiempo, en nuestro caso, no permitiría tener en cuenta el carácter ficcional de las escenas -breves relatos visuales- que sirven de trampolín para el diálogo filosófico.
¿Y si propusiéramos una nueva categoría: "libro de indagación"? No incluiría únicamente libros de filosofía de este tipo, sino cualquier libro de otra disciplina que partiera de un modelo de niño no depositario. Libros que no "dan" información (que evidentemente también los hay buenísimos) sino que abren el camino de la indagación propia. Este es un modelo de literatura infantil que nos interesa mucho a las tres integrantes de Wonder Ponder: libros en los que existe una relación de agencia entre el niño y el libro, literatura que celebra la acción y la experiencia frente a la recepción pasiva, y la capacidad de reflexión propia frente a la aceptación de la verdad dada. Los libros de Bruno Munari, Enzo Mari o Katsumi Komagata, por ejemplo, son fuentes de inspiración por su forma de concebir el libro como objeto transformable y transformador.
WP: Un "juego educativo" es una de las cosas que puede ser Wonder Ponder. Aunque nos gusta más la idea de que sea un "juego" a secas o incluso un "juego divertido". Puede usarse en un contexto educativo con fines educativos establecidos, pero también puede usarse en familia, de forma más relajada y sin nada en mente más que el disfrute de pensar juntos.
WP: El concepto de "inteligencia emocional", al igual que otros, como "educación en valores", parece haber sido secuestrado por el mercado educativo.
Tal y como se configura la categoría de "inteligencia emocional" en este mercado, hay varios motivos por los que Wonder Ponder no encajaría en ella.
La mayoría de los proyectos de inteligencia emocional -hay excepciones- parten de una serie de conclusiones a las que se desea llegar con el material, de un camino trazado previamente, de forma más o menos marcada, por el que el material guía al niño para llegar a la conclusión deseada. Es decir, tienen contenidos (valores, actitudes o formas de ver) específicos, que se desean transmitir, trasladar o producir en los niños.
Wonder Ponder, no. Lo que interesa no es una conclusión determinada, sino abrir un proceso genuino de indagación. Wonder Ponder invita a preguntar y a cuestionar, a mirar desde todos los ángulos posibles y a desconfiar de las respuestas rápidas y fáciles, a detenerse y mirar, pensar y valorar antes de llegar a una conclusión. Y una vez que se llegue a una conclusión, sentirla como propia, pero también, como algo que no es necesariamente definitivo o cerrado. Es una invitación a vivir en el mundo y con el mundo de forma activa, en lugar de dejar que el mundo nos viva a nosotros.
Dicho esto, ¿es posible que los niños que se acostumbren a pensar, analizar y cuestionar sobre determinadas cuestiones, como por ejemplo la crueldad, adquieran herramientas que le sirvan para reconocer estados y reacciones emocionales en sí mismos y en otros y que esto contribuya al desarrollo de su inteligencia emocional? Es posible. Quizás incluso probable. Pero Wonder Ponder no promete la felicidad, ni siquiera la madurez emocional.
WP: Aunque hemos respondido negativamente a la anterior pregunta, quisiéramos contestar de todos modos. Nos parece que esta pregunta viene de una percepción de que este material es "delicado" de alguna forma, que es algo emocionalmente complicado para los niños de abordar. En nuestra experiencia este no es el caso, aunque evidentemente podemos pensar en casos concretos donde un niño determinado esté siendo sometido a acoso, por ejemplo, donde al ver la escena del acoso en el patio, podrá verse reflejado a si mismo, adquiriendo en estos casos el diálogo una relevancia psicológica y personal. Sin embargo, no es muy distinto este caso a si lee un libro donde un personaje está siendo acosado. En la experiencia de Ellen, el uso de estas escenas o imágenes narrativas sirve para poner distancia entre nuestro caso concreto y el caso reflejado en la escena, ayudando primero a centrar el diálogo en el caso específico y luego a iniciar un proceso de abstracción del tema en cuestión, al igual que ocurre con los libro-álbumes cuando se usan como punto de partida para el diálogo.
La diferencia en niveles de inteligencia emocional es algo que nos afecta a todos en nuestras vidas todo el tiempo, tanto a niños y como a adultos. Es algo que nos vemos obligados a afrontar a diario. ¿Es más peligroso en el diálogo? No vemos por qué. Incluso, el simple acto de analizar y preguntar y mirar desde distintos puntos de vista al que te obligan permanentemente los libros-juego de Wonder Ponder en parte coincide con un comportamiento característico de la madurez emocional. Seguimos sin prometer nada, pero desde luego que daño no hará, ni al niño emocionalmente inmaduro, ni al adulto de la misma condición.
WP: Lo cierto es que el motivo por el que hemos ofrecido Wonder Ponder en inglés (Mundo cruel sale a la vez en inglés bajo el título Cruelty Bites), es para distribuirlo en el mercado de Reino Unido, por lo que parte de esta pregunta quizás no se aplique a nuestro caso.
Aún así, coincidimos en que en España hay una obsesión por el bilingüismo en las escuelas que a veces cuesta entender. Conocemos, por ejemplo, un colegio (público) donde pidieron asesoramiento para adquirir una biblioteca de literatura infantil en inglés. La partida que les habían concedido para ello no era nada despreciable. Cuando se les indicó que la biblioteca escolar del centro tenía mucha necesidad de renovar fondos en general (en español) dijeron que para eso no habían tenido partida desde hacía años. "Para compras en inglés, lo que queramos, pero para compras en español, ya es mucho más difícil". Esto, efectivamente no se entiende.
Pero por otra parte, en lo que a Wonder Ponder respecta, somos conscientes de las escasísimas oportunidades que tienen los niños y niñas en el sistema educativo actual de conversar, dialogar, de ser interlocutores reales, de responder a preguntas para las que no hay "la" respuesta correcta o buscada. Uno de los pocos espacios donde se da la conversación es en las clases de idioma, donde los profesores no solo tienen tiempo para plantear diálogos, sino que forma parte de los contenidos específicos del currículo que deben cumplir. Si Wonder Ponder puede ser beneficioso en este contexto, ¿por qué no?
¿FILOSOFÍA PARA NIÑOS?
WP: Las ilustraciones emplean ejemplos concretos como punto de partida. Es siempre más fácil abstraer a partir de un ejemplo concreto que entrar de lleno en la abstracción. Esto es así tanto para niños como para adultos. Las preguntas al dorso de cada escena plantean cuestiones específicas sobre la escena concreta pero también cuestiones más abstractas y generales relacionadas con la escena.
Por otra parte, al ir en un contexto junta a otras 14 escenas, nunca es una concreción aislada sino relacionada. La percepción de las relaciones entre las escenas son el inicio del proceso de abstracción que da el alcance interesante a la reflexión que tengamos.
WP: ¿Quién dijo que la filosofía sea seria? Incluso los filósofos "serios" se sirven con frecuencia de ejemplos cómicos o irónicos para ilustrar argumentos o para rebatir los de otros. No es nuevo el humor en la filosofía. Donde ciertamente es poco habitual el uso del humor es en el material educativo, especialmente en la educación en valores o en la inteligencia emocional que mencionábamos antes.
Para iniciar un diálogo filosófico una de las cosas más importantes es captar la atención, interesar, enganchar. El humor es una de las herramientas de las que no servimos para ello.
Por otra parte, ¿quién dijo que el humor no podía ser serio? Mediante el humor, se pueden plantear preguntas y posturas filosóficas interesantes que pueden parecernos risibles de entrada, pero que si las analizamos con más atención, nos resulta difícil explicar por qué nuestra postura es menos risible que aquella otra.
WP: Miedo, no. Desde el principio, sabíamos que esto no era un producto para todos los públicos. Que hay padres y madres y profesores y abuelos que no piensan, por ejemplo, que la crueldad sea algo de lo que debamos estar hablando con nuestros hijos e hijas. Por eso empezamos con el tema de crueldad, también, para que no se confundiera con un proyecto de educación en valores donde todo es bonito. Aunque también queremos aclarar que tampoco es un proyecto donde vamos a hablar únicamente de temas "chungos". Las próximas cajas abordarán temas muy variados, de distintas esferas de la filosofía: el concepto de persona, la libertad, lo posible y lo imposible, la realidad, la imaginación y el sueño, y el sentido de la vida. Tampoco nos gusta particularmente la idea de tener detractores. No es éste un proyecto para provocar. Es un proyecto para invitar a pensar.
WP: Creemos que hemos conseguido no hacer trampa. Todo surgió de una práctica real con niños, de un concepto probado con niños (¡y adultos!) y desde el principio supimos que era algo que tendríamos que hacer nosotras mismas. Sabíamos que si íbamos a editoriales el producto acabaría cambiando y sentiríamos, precisamente, que habíamos hecho trampa. Haciéndolo todo nosotras y funcionando entre nosotras como fuerzas de control y de corrección mutua y también de inspiración y animación mutua ha supuesto que hemos podido disfrutar de un proceso de creación muy libre. Hemos hecho exactamente lo que quisimos hacer. En este sentido, no ha habido trampa.
WP: La única limitación, si queremos calificarla así, ha sido en la elección de escenas y de ejemplos, para asegurarnos de que los niños de la edad a partir de la cual va dirigida el libro-juego Mundo cruel de Wonder Ponder reconocieran lo que estaba pasando en la escena a la primera, sin necesidad de mediación. Hay ciertos tipos de crueldad, por ejemplo, que es improbable que un niño o una niña de ocho años haya visto/experimentado/conocido -ni siquiera de lejos. Digamos, entonces, que la principal limitación fue la condición de reconocibilidad. La otra condición, que venía dada por la propia definición del proyecto, fue que la escena no provocara una sola reacción clara, sino que contuviera la complejidad suficiente para provocar reacciones contradictorias en el lector. Esa fue nuestra "censura". No hubiera sido muy distinto si hubiéramos pensado específicamente en un público adulto.
WP: Si hablamos de material filosófico, y de si hay un material filosófico más apto para niños y un material filosófico más apto para adultos, remitimos a la pregunta anterior sobre las posibles "limitaciones" de dirigirse a un público infantil.
El material que se usa como estímulo para el diálogo filosófico debe resultar cercano, comprensible y reconocible para los niños. El material dirigido a adultos podría incluir referencias a ejemplos, situaciones y realidades que para los niños no funcionarían porque sencillamente no cumplirían su función referencial, o bien podría estar escrito en un lenguaje que los niños de según qué edad no pudieran comprender, por lo que fracasarían como estímulo también.
Lo que nosotros procuramos en Wonder Ponder es que no ocurra a la inversa. Queremos que los estímulos "hablen" tanto a niños como a adultos. Queremos representar con sencillez e inmediatez, pero lograr encapsular la complejidad necesaria para que se confronten opiniones y reacciones en cada uno de nosotros y entre nosotros cuando miramos una escena. En este sentido, hemos tratado de producir un material filosófico que invite a la reflexión y al diálogo y resulte disfrutable para todas las edades y no sólo a un determinado grupo de edad.
RIESGOS
WP: No. Para que tenga sentido leer y discutir Wonder Ponder es necesario querer jugar (querer pensar). Ni certezas dogmáticas ni "Síes" y "Noes", o "Porquesíes" y "Porquenoes" van a dar mucho juego. En el proyecto de filosofía en preescolar de Ellen, una de las primeras cosas que los niños y niñas entienden rápidamente (seguramente muy a pesar de algunos padres y madres) es que, en filosofía "porque sí" y "porque no" no valen.
Aunque se intentara responder con certezas dogmáticas, el juego pide justificación o al menos explicación de esas "certezas". Y eso ya puede ser el inicio del juego, del diálogo. Pero efectivamente, habrá personas a las que no le apetezca justificar ni explicar, jugar ni pensar. Entonces, Wonder Ponder no será para ellos.
WP: No se trata de convencer, ni de imponer un punto de vista sobre otro. En las discusiones que suscita Wonder Ponder lo mejor es que el participante sienta que los puntos de vista de los demás entren en juego con los suyos, haciéndole cuestionarse, ver el asunto bajo otro prisma, aunque al final del camino pueda en algunos casos acabar reafirmando en lo básico su punto de vista original.
Lo ideal cuando se juega a Wonder Ponder es que se tomen todas las ideas, se pongan sobre la mesa y se analicen entre todos. No se trata de puntos de vista que compiten entre sí, sino de ir construyendo nuestros puntos de vista alimentándose de los de los demás. La conclusión propia puede que no sea compartida por el resto, pero idealmente habrá sido alimentado y matizado por el resto de los puntos de vista y argumentos.
WP: Con respecto a la primera mitad de la condición, "Si alguien considera Wonder Ponder como un material educativo para futuros líderes..", ojalá Wonder Ponder pudiera formar parte de la formación de los "líderes" de mañana en el marco de un sistema educativo que les permitiera desarrollar un pensamiento crítico, una independencia de juicio, una reflexión pausada y ordenada y una consciencia de la existencia de matices, tonalidades de gris y otras complejidades, junto con la capacidad para afrontarlos. Pero en cuanto añadimos la segunda mitad de la condición, "que los prepara en el desarrollo de aquellas destrezas retóricas necesarias para vencer en la argumentación y rebatir los argumentos opuestos.." la cosa cambia. A diferencia del enfoque característico de un cierto tipo de debate basado en la confrontación, en el que hay dos puntos de vista contrapuestos a defender y el objetivo es que uno se imponga al otro, las cajas de Wonder Ponder instan al diálogo y a la deliberación. El diálogo no parte de posturas opuestas necesariamente. Claro que mediante el diálogo pueden desarrollarse destrezas retóricas además de argumentativas, incluso que te permitan rebatir argumentos opuestos, pero a diferencia del debate del tipo mencionado, el objetivo no es confrontar puntos de vista para vencer, sino más bien, como hemos dicho en la pregunta anterior, hacer aflorar puntos de vista, ver cómo encajan, cómo dejan de encajar, y ser conscientes del máximo número posible de piezas del puzzle. Las preguntas al dorso de las escenas están muy conscientemente no jerarquizadas ni dirigidas a fin de no centrar el diálogo en una defensa de una de dos posturas polarizadas, y evitar que se convierta en una partida de ping pong. El objetivo es más bien abrir el máximo número de posibilidades, ángulos y visiones para al menos ser conscientes de los ingredientes que debe contener una posible verdad. Contestando a la pregunta, creemos que alguien que busca un material que enseñe a vencer en la argumentación y rebatir argumentos, es probable que eligiera otro material donde las cuestiones a debatir se plantearan de forma más polarizada.
WP: Que no haya una única respuesta o una respuesta correcta no quiere decir que cualquier respuesta valga. Que todo sea argumentable no quiere decir que todo sea concluíble. Creemos que la forma en que se plantean las preguntas y la relación de las preguntas entre sí consigue evitar la precipitación de una respuesta concluyente. Wonder Ponder invita a abrir posibilidades, no tanto a zanjar cuestiones. La respuesta está relacionada con la primera pregunta sobre el dogmatismo. Tanto el dogmatismo como el relativismo se centrarían en la respuesta. Wonder Ponder se centra especialmente en la pregunta.
Invita a tener en cuenta la existencia del máximo número posible de piezas del puzzle o incógnitas, y a ser conscientes de que a veces podemos hacer encajar las piezas "más o menos", pero dejamos una o dos piezas fuera, que son difíciles de encajar. Y podemos cerrarlo, incluso nos puede quedar bien, pero sabemos cuáles son esas piezas de puzzle y sabemos que en algún momento tendremos que descomponerlo entero para tratar de volverlo a encajar. No es que cualquier respuesta pueda ser válida. Es que muy pocas son realmente candidatas a serlo.
WP: De todos los posibles materiales al alcance de alguien que quiera convencer de certezas dogmáticas, ideológicas y religiosas, dudamos muchísimo de que los libros-juego de Wonder Ponder fueran su elección.
Resulta difícil, quizás imposible, jugar a Wonder Ponder sin cuestionar las certezas propias y las de los demás.
WP: El juego está concebido para que los jugadores lo jueguen como les apetezca. Un diálogo entre niños sin guía adulto se diferenciará en varios sentidos de un diálogo guiado por un adulto con experiencia en la facilitación de este tipo de diálogo. ¿Será uno mejor que otro? Dependerá de nuestro objetivo, aunque no nos convence la palabra "mejor" aquí. Serán experiencias distintas. Un adulto con experiencia en la facilitación de este tipo de diálogo tendrá herramientas para detectar donde está la "chicha filosófica" y ordenar el diálogo para que sea más profundo y provechoso desde un punto de vista de la riqueza filosófica del diálogo. Pero un diálogo entre niños sin guía adulto puede resultar muy divertido y también muy interesante y con chicha. En cualquier caso, en caso de que haya un guía adulto, tenga o no experiencia, resulta fundamental que intervenga y juegue también. Y que no sea una impostura, sino que realmente indague con los niños.
En cuanto al riesgo de que los niños den por válidas las opiniones de sus padres y maestros, efectivamente es necesario hacer un esfuerzo inicial para establecer una relación de indagación compartida y de duda compartida. Es tan fácil como mostrar las dudas reales que tengamos los adultos, que las tendremos. Enseguida se percibe una relajación, un agradecimiento por soplo de aire fresco y un empoderamiento también del niño o de la niña ante la posibilidad de indagar en igualdad o práctica igualdad de condiciones con el adulto.
En cualquier caso, especialmente a ciertas edades, y teniendo en cuenta las pocas oportunidades reales de diálogo intergeneracional que existen en nuestra sociedad, puede resultar más liberador dialogar sobre ciertas cosas con personas con las que no se tiene una relación familiar o de autoridad de cualquier tipo. Esto describe a la perfección el taller soñado que Ellen lleva intentando organizar sin éxito desde hace un par de años ya. Una serie de sesiones de diálogo filosófico con un pequeño grupo de niños y niñas y un pequeño grupo de adultos sin relación entre sí. ¿Los temas? Nada típicamente intergeneracional. Que los asistentes no sean personas de determinada edad. Que sean simplemente personas. Y que hablemos sobre crueldad, sobre inteligencia artificial, sobre la naturaleza de las emociones, sobre la percepción cognitiva o sobre la libertad y el sentido de la vida. Pero ¿qué padres y qué madres apuntarían a sus hijos a un taller con adultos desconocidos? No está siendo fácil. ¡Pero lo conseguiremos!
WONDER PONDER EN TALLERES Y EN EL AULA
WP: El reto que nos hemos puesto con cada escena y con cada grupo de preguntas ha sido precisamente tratar de conducir lo menos posible en una determinada dirección el pensamiento de los jugadores. Hemos revisado el texto de cada pregunta y hemos prestado atención al resultado del conjunto de preguntas de cada escena para asegurarnos de que exista el máximo equilibrio posible. A veces una pregunta parecerá conducir a un lugar determinado. Pero la siguiente puede que te conduzca en la dirección absolutamente contraria. Siempre hemos procurado que las preguntas abran el máximo número posible de respuestas en lugar de ir cerrando para llegar a una respuesta determinada. Las sesiones con niños y adultos de todas las edades donde hemos podido probar el material también nos han ayudado a limar este aspecto. Algunas sesiones nos han hecho cambiar ligeramente la ilustración. Otras nos han hecho cambiar ligeramente la redacción de ciertas preguntas.
En cuanto al papel del adulto mediador en el juego, en el caso de que lo haya, creemos que la forma en que está diseñado el material invita también al mediador a jugar. Lo interesante es que si realmente entra en el juego, el adulto no tendrá necesariamente muy claras cuáles son "sus propias ideas y opiniones" sobre muchas de las escenas y de las preguntas. Si realmente juega, el mediador se cuestionará también sus "verdades". Y es aquí, donde en nuestra experiencia, se produce un intercambio ricamente estimulante entre adulto y niños, donde los niños perciben la duda y la indagación genuina del adulto y se entienden a sí mismos como interlocutores igualmente válidos.
WP: Lo cierto es que es raro que haya enfados entre los niños relacionados con el tema sobre el que se está dialogando en los talleres. El clima que se crea no es de competición, sino de colaboración en el análisis, en la definición del problema y en el planteamiento de posibles respuestas. Al retirar el énfasis en el acierto o en el fallo, en cuanto entienden que no es esa la dinámica, sino la de construir juntos, suele haber pocos roces en ese sentido.
En ese sentido hemos advertido mucho más enfado e incluso agresividad en adultos que han mirado el contenido de la caja en un contexto informal (no en una sesión de diálogo filosófico). Algunos adultos (hemos tenido la suerte de toparnos con pocos hasta ahora) parecen tomarse personalmente las preguntas y nos miran violentados, como si dijeran: ¿cómo os atrevéis a hacerme pensar sobre estas cosas? ¿y quiénes creéis que sois para hacerlo? Algunos padres piensan que estamos juzgando cómo crían a sus hijos simplemente por plantear ciertas preguntas e invitar a la reflexión. En la escena donde un padre está obligando a su hijo a bañarse, una de las preguntas al dorso, efectivamente, plantea si los padres a veces pueden ser crueles con sus hijos. Pero también se plantea si los hijos pueden ser crueles con los padres. Y también se plantea si a veces es necesario ser cruel con alguien por su propio bien. Y también plantea indirectamente la pregunta de qué otras alternativas tendría un padre cuyo hijo estuviera muy sucio y no quisiera bañarse. Aun así, estos adultos sólo se quedan con el juicio que perciben que se está haciendo sobre su comportamiento. Pierden la ocasión de distanciarse un momento de sí mismos y de pararse a pensar.
WP: ¿Es una pregunta trampa? Si se hubiera hecho trampas bien hechas no nos hubiéramos percatado. ¿Pero cómo serían las trampas? ¿Decir lo contrario de lo que uno piensa en realidad? Incluso diciendo algo que no se piensa de verdad, se puede jugar con los libros-juego Wonder Ponder, y se lo podría pasar uno muy bien.
En realidad, el concepto "trampas" tiene sentido si se puede ganar, pero realmente en Wonder Ponder no hay ganador, sino o bien un lector entretenido o bien un grupo que acaba con la sensación de haber construido (o quizás destruido para luego poder empezar a reconstruir) algo entre todos. Pongámonos cursis: en Wonder Ponder, ganan todos. Por eso las trampas dejan de tener sentido.
WP: Como hemos dicho antes, en nuestra respuesta a la pregunta sobre si hemos tratado de conducir el pensamiento de los jugadores, hemos retocado las ilustraciones (algunas han desaparecido por completo), reformulado las preguntas y hecho pequeños cambios de todo tipo a raíz de la observación de las reacciones de niños y adultos ante las escenas o las preguntas. A veces por cuestión de que la interpretación de la imagen no era tan clara como pensábamos.
Para el proyecto era esencial que las imágenes se entendieran a la primera, sin intervención del mediador y que provocaran preguntas acerca de los mismos en las personas que las miran. A veces un pequeño detalle lo cambia todo. Un pequeño cambio en la boca de un personaje puede hacerle pasar de parecer preocupado a parecer enojado. Esto siempre es importante en ilustración, pero en este proyecto donde la ilustración tiene tanto peso interpretativo, era esencial. A veces no se transmitía del todo la intención de algún personaje y un cambio de composición lo dejaba más claro.
Uno de los cambios más interesantes se dio precisamente en la escena que hemos mencionado antes del padre obligando al niño a bañarse. La escena original era de un "malo de película" tratando de ahogar a un gato. ero cuando lo vieron los niños y explicaron lo que veían, a ellos les parecía que lo que estaba pasando era que el señor estaba obligando al gato a bañarse porque estaba sucio. La interpretación estaba muy alejada de la intención original, pero al pensarlo vimos que la escena que nos sugerían los niños, de obligar a alguien a hacer algo así, era mucho más sugerente y compleja e interesante que la original, y además, mucho más cercana a la posible experiencia de los niños. Así que fue de una imagen a otra:
Haber podido disfrutar del tiempo necesario para que el proyecto se desarrollara y se enriqueciera y mejorara con las aportaciones de los niños y los adultos que lo han ido viendo y usando ha sido una de las principales ventajas de haber optado por el modelo editorial con el que finalmente hemos configurado el proyecto.
WP: Depende de lo que llamemos respuesta. Si os referís al tipo de respuesta que se pueda apuntar en una hoja de soluciones, la respuesta a vuestra pregunta es no.
Pero las preguntas de Wonder Ponder todas tienen otro tipo de respuesta. A veces, quizás sea otra pregunta o un silencio que te hace pensar en algo que has dicho inmediatamente antes.
En pocos casos tienen una respuesta fácil; y en pocos casos tienen respuestas que no requieran de justificación adicional para poder siquiera plantearnos la posibilidad de zanjar la cuestión. Pero todas tienen respuesta, sí. En eso reside la gracia del juego, en buscarlas o construirlas.
¿WONDER PONDER ES CONTAGIOSO?
WP: Esto, más que una pregunta, es el mejor piropo que nos han hecho hasta la fecha. ¡Wonder Ponder es contagioso! ¡Lo es! ¡Y adictivo! ¡También!
Efectivamente, uno de los comentarios que más recibimos de personas que lo han comprado para tenerlo en casa es cómo los tentáculos de Wonder Ponder van extendiéndose por toda la casa, hasta salir de ella, visitar a los abuelos, a los primos y a los amigos y profes del colegio. El disfrute de jugar al Wonder Ponder no se limita al momento exacto cuando se juega con los contenidos de la caja. Se extiende en el espacio y tiempo. Es un juego, sí, pero la relación con el juego puede ser intensa en el sentido en que te hace pensar de verdad. El pensamiento, si ocurre de verdad, transforma. Y cuando algo te transforma, te ves impulsado a compartirlo. Nos encanta pensar en Wonder Ponder como algo que cobra vida más allá de la caja y también como algo que nos hace sentir vivos con respecto a nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos. Sería difícil expresar mejor que en estas cuatro viñetas uno de los efectos que más nos interesaba provocar cuando ideamos Wonder Ponder. Creemos que cualquier material "para niños" debe ser siempre también un material "para todos". ¡El contagio es fundamental!
Cuantas más preguntas contestamos, más preguntas se nos ocurren que querríamos contestar. Hay varias que quizás se hayan quedado en el tintero, pero lo que proponemos es ir contestándolas en entradas en nuestro blog. Compartimos algunas ideas en forma de apuntes para próximas entradas en nuestro blog:
- ¿Pensar deprime?
- "Trabajar temas" frente a "disfrutar pensando".
- ¿Por qué habríamos de hablar sobre la crueldad con los niños?
- Comenzar con la crueldad: una declaración de intenciones.
- ¿Wonder Ponder es para niños con "problemas"?
- En el caso de que se use Wonder Ponder con un adulto como mediador, ¿es necesario que el adulto tenga formación específica para abordar temas filosóficos?
- ¿Juego casero o material pedagógico?
- ¿Por qué descartasteis la opción del crowdfunding?
- ¿Por qué una caja?
- ¿Cualquier tema sería apropiado para una caja Wonder Ponder o hay algunos temas demasiado delicados para tratarlos con niños en un formato de juego?
¡Atentos al blog, pues!
Queremos agradecer a Gustavo Puerta y a Aitana Carrasco por este regalo-entrevista que según ellos estaba repleta de preguntas crueles. Pero nosotras preguntamos: ¿se puede ser cruel y generoso al mismo tiempo? Ha sido un regalo generoso, muy entregado y muy divertido. Hemos disfrutado de lo lindo contestando a todas sus preguntas y nos han ayudado a elaborar un discurso completo y coherente (o eso esperamos). ¡Ahora ya estamos listas para cualquier pregunta! ¡Disparen! ¡Disparen! Pueden hacerlo aquí: info@wonderponderonline.com.
Todas las ilustraciones de este post son de Aitana Carrasco Inglés.
¡Papá Noel necesita ayuda (filosófica)!
Ellen Duthie
Papa Noel anda preocupado por su sobrepeso. ¿Le ayudas a pensar en maneras en las que podría demostrar su existencia estas navidades que no conlleven comerse todas las galletas y beberse toda la leche que le dejan los niños y niñas de todo el mundo? ¿Se podría comer las zanahorias del reno en lugar de las galletas? ¿Dejar más huellas? ¿Tomarse un selfie mientras entrega los regalos en los salones de todas las casas que visite? ¿Demostrarían realmente su existencia estas cosas? ¿Por qué? ¿Por qué no?
¡El equipo de Wonder Ponder os desea unas navidades muy felices, placenteras y repletas de wonderpondereos interesantes!
Crítica de Mundo cruel en El País (Babelia), 13.12.2014
Ellen Duthie
El PAÍS. BABELIA. 13.12.2014.
ESPECIAL LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL / Crítica
¿Matar hormigas es cruel?
Un libro-caja indaga, mediante el juego y preguntas inofensivas, en torno a la crueldad
Mundo cruel
Ellen Duthie & Daniela Martagón. Wonder Ponder. Madrid, 2014. 17,05 euros.
Por Nuria Barrios
La crueldad es un tema habitual de la literatura infantil: niños abandonados, lobos hambrientos, padres violentos, madrastras sanguinarias, hermanos celosos… Es normal: nacemos, vivimos, gozamos y sufrimos en un mundo cruel y los niños ven el mundo como es, y lo entienden igual que nosotros lo entendemos: es decir, no mucho. Pero en la oscuridad brillan las pequeñas luces, y una filósofa, una ilustradora y una editora acaban de lanzar su propuesta para hablar sobre la crueldad, jugando. Se llama Mundo cruel y funciona como una modernísima caja de Pandora, repleta de preguntas diminutas e inofensivas: ¿matar hormigas te parece cruel? ¿Es cruel obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer? (como bañarse). ¿Debería permitirse a los extraterrestres tener a humanos en jaulas? ¿Qué te haría sentir más culpable, matar a un perro o a un caracol por accidente? Si el cazador matara a Blancanieves, ¿quién sería responsable de su muerte? ¿El cazador o la reina?... Preguntas que provocan reflexiones nada inocentes: ¿hay vidas que valen más que otras? ¿Tiene sentido castigar la crueldad con más crueldad? ¿Matar forma parte de la vida? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo? ¿Hay veces en las que ser cruel puede resultar divertido? ¿Son a veces necesarios los castigos? ¿Cómo decidimos lo que es aceptable y o que no es aceptable como castigo? …
"Abre, mira, piensa”, dice un lateral de la caja que contiene Mundo cruel. Falta añadir, pues está presente desde la propia presentación: “¡juega!” La narración sale de su formato, se abre, fragmenta y fluye, creando una nueva y apasionante secuencia narrativa. En 14 láminas se dibuja una cartografía de la crueldad a partir de escenas cotidianas en la vida de un niño; es decir, en la vida de todos nosotros. Como si fuesen las cartas de una baraja, cada lámina ilustra una escena y por detrás, en bocadillos negros como en los cómics y tebeos, plantea varias preguntas. Situaciones frecuentes, como dejar al perro solo en casa durante todo el día, dan pie a cuestiones muy sencillas que contienen temas muy complejos: ¿es cruel hacer vivir a un perro grande en un apartamento? Llamamos a las personas que tienen mascotas sus “dueños”, ¿pueden ser dueñas unas personas de otras?, ¿los padres son dueños de sus hijos?...
Como si fuese un libro de páginas sueltas, las catorce láminas se pueden ordenar como cada cual desee. La caja contiene además tres láminas preparadas para que el lector cree sus propias escenas de Mundo cruel. Hay otra lámina en la que se propone al lector, entre otras cosas, convertirse en “reportero de la crueldad” y entrevistar a la abuela, al carnicero o a la novia del hermano para saber, por ejemplo, si piensan que la crueldad puede estar justificada. Y se incluye de regalo un cartel fantástico y extraordinario, que parece un moderno guiño a El jardín de las delicias, de El Bosco. La fantasía, decía Sendak, es el núcleo de toda la escritura para niños, de cualquier acto creativo, quizás del acto de vivir.
Las autoras de Mundo cruel, la filósofa, la ilustradora y la editora, lo llaman “filosofía visual para niños (y no tan niños)”. Este es el primer título de una colección a la que han bautizado con un nombre inglés, Wonder Ponder, que contiene los dos conceptos básicos del proyecto: asombrarse y reflexionar. Y, por supuesto, jugar. Las tres conciben el libro como un objeto transformable y transformador. Si Mundo cruel resulta tan impactante y divertido, si combina tan sabiamente lo lúdico y el horror, si se mueve con tanta facilidad de un ámbito a otro, es porque sus autoras miran el mundo desde los ojos de los niños.
Ellen Duthie, Daniela Martagón y Raquel Martínez eligieron el 20 de noviembre, Día Mundial de la Filosofía, para publicar Mundo cruel en español y en inglés: Cruelty Bites. Le seguirán otros títulos sobre la identidad personal y las diferencias entre personas y robots, sobre lo posible y lo imposible, sobre la libertad; sobre la realidad, la imaginación y el sueño, y sobre la felicidad y el sentido de la vida.
Relato del lanzamiento de Wonder Ponder y presentación de "Mundo cruel" el pasado 20 de noviembre
Ellen Duthie
El pasado 20 de noviembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Filosofía, celebramos el lanzamiento de Wonder Ponder, el nuevo sello especializado en Filosofía visual para niños, con la presentación de su primer título, Mundo cruel.
Fue en la librería Tipos Infames de Madrid y fueron muchas las personas que se acercaron a compartir este día tan especial con nosotras.
Asistimos las tres integrantes de Wonder Ponder (la autora del concepto y los textos Ellen Duthie, la co-autora e ilustradora Daniela Martagón y la editora Raquel Martínez Uña) y dos presentadores de lujo, el profesor y crítico literario especializado en literatura infantil Gustavo Puerta Leisse y la autora e ilustradora Aitana Carrasco Inglés, que nos hicieron entender lo importante que es elegir bien a los presentadores. Sabíamos que le pondrían cariño y empeño pero no podíamos prever hasta qué punto.
La presentación comenzó con un breve relato de los orígenes del proyecto de Wonder Ponder. La autora del concepto y de los textos, Ellen Duthie, contó cómo hace algo más de un año estaba preparando una sesión de Filosofía en el colegio público donde tiene el proyecto Filosofía a la de tres, de filosofía en preescolar. En esta ocasión quería abordar el tema de la crueldad. Suele usar libro álbumes como disparadores para el diálogo, pero por mucho que buscó, no encontró nada que le permitiera tratar la crueldad de forma que cubriese todo el espectro que ella quería. Ella lo que quería era conseguir que los chicos y chicas de la clase pensaran en la crueldad de forma que fueran construyendo una definición. ¿Qué es cruel y qué no es tan cruel? ¿Pueden ser crueles los animales, o solo las personas? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo?
"¡Qué pena!", le dijo Ellen a Daniela una tarde noche, a punto de tomarse un vino, "que se me dé tan mal dibujar". (Ella jura que no buscaba que Daniela le ofreciera ningún favor). "Qué pena, porque no hago más que pensar que la única forma de abordar la crueldad sería mostrar a los niños una serie de escenas de crueldad que representen distintos ángulos, perspectivas y tipos de crueldad y tener un diálogo sobre ellas, cada una de ellas individualmente, pero también de todas en su conjunto."
En este punto, Daniela continuó con el relato. "Tan pronto como Ellen mencionó “escenas de crueldad”, mi mente empezó a dar vueltas. Como ilustradora, empecé a visualizar lo que me proponía Ellen y las posibilidades y los retos que veía me parecieron emocionantes. Así que me ofrecí a ayudarle. Esa noche, Ellen me envió 11 escenas de crueldad tamo ella las imaginaba y el tipo de preguntas que le interesaba que la escena provocase. Me quedé toda la noche dibujando. La sesión de filosofía de Ellen era al día siguiente al mediodía. Quedamos para desayunar, recuerdo que fue en Valor, y había conseguido hacerlas todas. Me sentía emocionada, mareada… y muy cansada. Cuando Ellen las vio, alzó la vista, nos miramos y, creo que fue al unísono que dijimos: "TENEMOS QUE HACER ALGO CON ESTO."
"La sesión sobre la crueldad fue muy bien y desde entonces seguimos trabajando el concepto y el enfoque, que pronto empezamos a llamar “filosofía visual para niños” y que ahora se ha convertido no solo en un proyecto educativo, con talleres para niños y padres, profesores y otros mediadores, sino también un proyecto de editorial, gracias a la incorporación de Raquel Martínez Uña, una editora entusiasta y valiente, y también una amiga."
Y fue Raquel la que concluyó el relato antes de dar paso a los presentadores. "Cuando Ellen nos enseñó las primeras escenas que Daniela había creado con ella para los niños de su clase, pensé que había algo, que ahí no solo tenían una excelente forma de plantear la filosofía con niños en un aula, sino que podía trasladarse a un soporte que llegara a muchos otros niños. Me encantó y me emocionó. Ahí tomamos la decisión de que íbamos a editarlo y que la única forma que sentía sentido era hacerlo nosotras. Buscando formatos y maneras que aunque no fueran las tradicionales se adecuaran a la idea que teníamos. Por eso la encuadernación de este libro es una caja. Por eso las preguntas de detrás de las escenas aparecen en todas las direcciones, y por eso hemos empezado con un tema como el de la crueldad."
Y tras esta breve introducción, ¡empezó el juego!
Gustavo Puerta advirtió que la presentación se dividiría en dos partes: una breve y elogiosa y otra más larga y "cruel".
La elogiosa lo fue y también generosa. Habló de Wonder Ponder como un soplo de aire fresco en un mercado conservador con una oferta homogénea, donde prima una concepción estereotipada de la infancia. Habló también de la relación no autoritaria que planteaba la propuesta, de lo interactivo, tanto en la creación como en la lectura, y de lo contagioso que resultaba Wonder Ponder.
Pero efectivamente fue breve y dio paso a lo bueno.
Aquí es donde empezamos a advertir que hubiera sido difícil elegir a dos presentadores mejores.
¿Preparados?
¿Listos?
Aquí va...
Resulta que los presentadores nos habían preparado un regalo impresionante. Un juego-presentación-entrevista en la forma de una fantástica versión paródica de nuestro Mundo cruel, ideada para preguntar sobre el proyecto.
La portada que vemos arriba, una variación de la nuestra de Mundo cruel con la escena familiar de la sopa de gato, muestra a tres chicas -¿somos nosotras?- hipnotizadas por sus cajas Wonder Ponder, a punto de caer en un agujero negro.
Tras las risas, pensábamos que ahí quedaba la sorpresa, pero no. Los presentadores se habían pasado noches en vela (los dos, pero lo de Aitana debío de ser maratoniano) y se habían marcado una serie de 5 escenas completas, con preguntas al dorso sobre Wonder Ponder. Cada escena representa un bloque temático de preguntas o posibles problemas con Wonder Ponder.
Y arrancamos con la primera escena, sobre la
DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DEL PROYECTO WONDER PONDER
Los presentadores sacaron un dado, nombraron a Iain, el hijo de Ellen, tirador oficial del dado del Juego-Presentación de Mundo cruel. Y empezó el juego.
Primer lanzamiento de dado: ¡un 3!
JUEGO-PRESENTACIÓN (JP): ¿Es Wonder Ponder un proyecto de inteligencia emocional? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?
WONDER PONDER (WP): El concepto de "inteligencia emocional", al igual que otros, como "educación en valores" parece haber sido secuestrado por el mercado educativo. Tal y como se configura la categoría de "inteligencia emocional" en este mercado, hay varios motivos por los que Wonder Ponder no encajaría en ella.
La mayoría de los proyectos de inteligencia emocional -hay excepciones- parten de una serie de conclusiones a las que se desea llegar con el material, de un camino trazado previamente, de forma más o menos marcada, por el que el material guía al niño para llegar a la conclusión deseada. Es decir, tienen contenidos (valores, actitudes o formas de ver) específicos, que se desean transmitir, trasladar o producir en los niños.
Wonder Ponder, no. Lo que interesa no es una conclusión determinada, sino abrir un proceso genuino de indagación. Wonder Ponder invita a preguntar y a cuestionar, a mirar desde todos los ángulos posibles y a desconfiar de las respuestas rápidas y fáciles, a detenerse y mirar, pensar y valorar antes de llegar a una conclusión. Y una vez que se llegue a una conclusión, sentirla como propia, pero también, como algo que no es necesariamente definitivo o cerrado. Es una invitación a vivir en el mundo y con el mundo de forma activa, en lugar de dejar que el mundo nos viva a nosotros.
Dicho esto, ¿es posible que los niños que se acostumbren a pensar y analizar y cuestionar sobre determinadas cuestiones, como por ejemplo la crueldad, adquieran herramientas que le sirvan para reconocer estados y reacciones emocionales en sí mismos y en otros y que esto contribuya al desarrollo de su inteligencia emocional? Es posible. Quizás incluso probable. Pero Wonder Ponder no promete la felicidad, ni siquiera la madurez emocional.
Otra tirada de dado. ¡Un 4!
JP: Con esta obsesión que hay en España por el bilingüismo en las escuelas, ¿no es contraproducente ofrecer Wonder Ponder en inglés?
WP: Lo cierto es que el motivo por el que hemos ofrecido Wonder Ponder en inglés (Mundo cruel sale a la vez en inglés bajo el título Cruelty Bites), es para distribuirlo en el mercado de Reino Unido, por lo que parte de esta pregunta quizás no se aplique a nuestro caso.
Aún así, coincidimos en que en España hay una obsesión por el bilingüismo en las escuelas que a veces cuesta entender. Recuerdo mi sorpresa (habla Ellen) cuando el colegio (público) de mi hijo me pidió asesoramiento para adquirir una biblioteca de literatura infantil en inglés. La partida que les habían concedido para ello no era nada despreciable. Cuando les indiqué que la biblioteca escolar del centro tenía mucha necesidad de renovar fondos en general (en español) me dijeron que para eso no habían tenido partida desde hacía años. "Para compras en inglés, lo que queramos, pero para compras en español, ya es mucho más difícil". Esto, efectivamente no se entiende.
Pero por otra parte, en lo que a Wonder Ponder respecta, somos conscientes de las escasísimas oportunidades que tienen los niños y niñas en el sistema educativo actual de conversar, dialogar, de ser interlocutores reales, de responder a preguntas para las que no hay "la" respuesta correcta o buscada. Uno de los pocos espacios donde se da la conversación es en las clases de idioma, donde los profesores no solo tienen tiempo para plantear diálogos, sino que forma parte de los contenidos específicos del currículo que deben cumplir. Si Wonder Ponder puede ser útil en este contexto, ¿por qué no?
Cambio de escena. Pasamos a hablar de la
¿FILOSÓFÍA PARA NIÑOS?
Y de los
RIESGOS DEL PROYECTO DE WONDER PONDER
Luego hablamos un poco de
WONDER PONDER EN TALLERES Y EN EL AULA
Por último, nos hicimos la pregunta:
¿WONDER PONDER ES CONTAGIOSO?
El acto de presentación acabó compartiendo unos vinos, un poco de rico queso y otro poco de rica cecina con los asistentes. Disfrutamos comentando y respondiendo a las preguntas de los asistentes, planteadas ya más informalmente, firmando algún que otro ejemplar de Mundo cruel y compartiendo nuestra ilusión con los muchos amigos y amigas que nos quisieron acompañar.
Si quieres leer las respuestas a todas las preguntas planteadas en la fantástica y jugosa entrevista ilustrada que nos han regalado, puedes hacerlo aquí.
Todas las ilustaciones de este post son de Aitana Carrasco Inglés, y forman parte del Juego-Presentación de Mundo cruel que preparó, junto al co-presentador Gustavo Puerta Leisse, para la ocasión.
Las respuestas a las preguntas que se incluyen en el post han sido redactadas después de la presentación, con más tiempo para pensar y contestar, por lo que no se corresponden palabra por palabra con lo que dijimos en la presentación, aunque en esencia son las mismas.