WRITE TO US / ESCRÍBENOS

Enter your email address and message and submit. We'll get back to you as soon as possible. 

Introduce tu correo electrónico y mensaje, y pulsa Submit / Enviar. Nos pondremos en contacto contigo lo antes posible. 

24 Calle de Pizarro
Madrid, Comunidad de Madrid, 28004
Spain

+34 91 559 6546

Wonder Ponder, Visual Philosophy for Children, is an imprint specialising in products for fun and engaging thinking. This website provides accompanying material to our Wonder Ponder boxes, including guides for children, parents and mediators, ideas for wonderpondering and fun games and activities. It is also a platform for sharing your very own Wonder Ponder content and ideas.

Blog

Ahora en serio: Que levante la mano quien no hubiera matado a Blancanieves

Ellen Duthie

Escena sobre crueldad y (des)obediencia a la autoridad, incluida en la primera caja de Filosofía visual para niños, Mundo cruel. Ilustración de Daniela Martagón.

Escena sobre crueldad y (des)obediencia a la autoridad, incluida en la primera caja de Filosofía visual para niños, Mundo cruel. Ilustración de Daniela Martagón.

Muchos ejemplos de crueldad espantosa, tanto los ocurridos a lo largo de la historia como los que están ocurriendo mientras lees esto, son el resultado de un grupo de personas que consideraríamos bastante "normales" obedeciendo órdenes de una o varias personas a las que consideraríamos "malas".

Otros ejemplos de crueldad espantosa son el resultado de un orden de acontecimientos menos claro, en el que una persona o un grupo de personas adopta o continua con un determinado "modo de hacer las cosas" (haciendo ciertas cosas y no haciendo otras), que lleva a una crueldad espantosa ejecutada como parte de "lo que se hace" y en la que a veces ni siquiera se para uno a pensar.

Una variante de esta última situación es el caso, por ejemplo, en el que se es cruel con alguien como consecuencia de un esfuerzo por encajar o adaptarse a las presiones externas de "lo que hacen todos los demás". Si todos mis amigos en el colegio piensan que María es X, Y y Z y la tratan de forma cruel, es fácil dejarse llevar por la inercia de la situación y participar de forma más o menos activa en la crueldad, o quizás simplemente como observadores (¿puede que la observación sea más activa de lo nos gusta a veces pensar?).

¿Por qué parece ser que nuestro sentido de la obediencia es a veces más fuerte que nuestro sentido del deber de comportarnos de forma decente con los demás?

¿Cuándo debemos desobedecer o ignorar a la autoridad?

¿Existen situaciones en las que no somos libres de desobedecer?

¿Qué es lo que hay que tener para desobedecer a la autoridad cuando hace falta?

¿Somos responsables de los actos de crueldad que cometemos bajo la orden de otro -sea una persona o una institución-? ¿O es la persona o institución que da la orden la única responsable de la crueldad?

¿El miedo por nuestra propia seguridad justifica ser cruel con otra persona? ¿Matar a Blancanieves sería "comprensible", dadas las posibles consecuencias para el cazador a manos de la reina?

¿Con qué frecuencia son realmente ciertas las siguientes afirmaciones?
"No me quedaba otra. Tuve que hacerlo."
"Yo por mi cuenta no puedo cambiar el funcionamiento de las cosas."
"Si defiendo a María, todos van a empezar a ser crueles conmigo también."


Incluso en las ocasiones en las que puedan ser ciertas, ¿constituirían una justificación razonable de nuestra crueldad?

Una de las preguntas más interesantes sobre la crueldad para la filosofía -y para la psicología- es cómo es posible que personas perfectamente "normales" ("normales" en una escala de crueldad percibida) sean capaces de comportarse de formas extraordinariamente crueles por un deseo de complacer a la autoridad o de encajar. Nuestra necesidad de obedecer y de acoplarnos a las situaciones puede ser más potente que nuestra necesidad de evitar ser crueles con otros.

La primera caja de Filosofía visual para niños de Wonder Ponder, Mundo Cruel, invita a hacerse estas preguntas y muchas otras sobre distintos aspectos y perspectivas de la crueldad, proporcionando un "mapa visual de la crueldad" para niños (¡y adultos!) que pretende servir como base para el desarrollo de un "mapa filosófico de la crueldad" propio.

Texto de Ellen Duthie, ilustración de Daniela Martagón. 
(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de lobo S.L.).

¿Quién se atreve a no adoctrinar?

Ellen Duthie

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, que saldrá a la venta el 20 de noviembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Filosofia, pretende proporcionar un mapa visual de la crueldad a partir del cual los lectores puedan ir formándose su propio mapa filosófico de la crueldad. ¿Qué cosas pertenecen a la categoría de crueldad y qué cosas pertenecen a una categoría distinta? ¿Cómo definimos crueldad? ¿Qué elementos es necesario tener en cuenta para evaluar la crueldad de una acción? ¿Es un fenómeno exclusivamente humano?

Las pocas imágenes de Mundo cruel que hemos ido mostrando en las redes sociales, sin ninguna selección consciente, han resultado ser escenas que suscitan preguntas acerca de la crueldad animal en alguna de sus variantes. Y nos han interesado algunos de los comentarios que hemos recibido, que se han referido al proyecto como “ecologista” “pro-derechos de los animales”, “de concienciación vegetariana” o incluso “pro-vegano”.

El motivo por el que nos han resultado interesantes estos comentarios es porque parecen asumir que todo el material para niños, incluso el que se enmarca a sí mismo dentro de la categoría de “filosofía para niños”, tendría la intención de inculcar determinadas ideas o valores en ellos. En un contexto en el que incluso los que están en contra del adoctrinamiento imperante, acaban proponiendo lo que suele convertirse en un adoctrinamiento alternativo, parece difícil de concebir una posición no adoctrinadora. Pero Wonder Ponder pretende precisamente eso. 

De las catorce escenas que contiene la caja Mundo cruel (más otras dos en blanco con las que el lector puede contribuir al proyecto, ideando e ilustrando sus propias escenas de crueldad), unas seis representan imágenes de crueldad animal de algún tipo.

Está la escena de la familia sentada a la mesa a punto de servirse una rica sopa de gato y la escena de una niña matando una hormiga con cierto deleite. Hay una escena de un niño enjaulado, al lado de animales varios también en jaulas, mientras un alienígena se zampa un helado y se dispone a visitar el zoo. Hay también una escena de realidad invertida donde una rata grande y científica estudia a un niño postrado sobre una camilla.

Para un proyecto que pretende presentar una suerte de mapa de la crueldad, podrá decirse que seis de catorce escenas dedicadas a cuestiones animales son muchas, sí, pero el caso es que dentro del fenómeno de la crueldad, la variante de la crueldad animal es una de las más frecuentes y filosóficamente interesantes que hay. La crueldad animal plantea preguntas sobre nuestras definiciones de “persona”, de “responsabilidad”, y también sobre el derecho de las personas sobre las vidas de las no-personas, entre otras muchas más.   

Pero la caja también contiene otras escenas en las que los animales no son protagonistas. Por ejemplo, la escena de un padre que obliga a su niño a bañarse mientras éste grita y patalea. “Cuanto antes dejes de patalear, antes terminamos”, le dice el padre al niño mientras su hermano espera aterrado al fondo del cuarto de baño. ¿Existe la crueldad “por nuestro propio bien”?

Zoom de la escena de un padre bañando a su hijo. 

También hay escenas que representan acciones de crueldad realizadas bajo mandato, por obediencia a la autoridad. ¿Cómo afecta nuestra valoración de una acción de crueldad el que haya sido mandada por una autoridad o que se le haya ocurrido al agresor solito?

Hay escenas de castigo que suscitan preguntas sobre la posible justificación o no de la crueldad. ¿Puede justificarse alguna vez?

Hay una escena de crueldad en un patio de colegio que plantea preguntas sobre la responsabilidad de todos los actores, también de los que observan: 

Zoom de la escena de crueldad de patio. 

Muchas de las escenas contienen también acciones secundarias, paralelas a la principal, que plantean más cuestiones o añaden complejidad a la cuestión principal. En total, son muchas las preguntas filosóficas sobre la crueldad que puede suscitar la caja. 

Las cajas Wonder Ponder buscar suscitar preguntas y diálogos sobre las posibles resuestas a esas preguntas, sin intención de dirigir el diálogo a ninguna postura determinada. La caja Mundo cruel no es ecologista, no es pro-vegetariana ni noi pro-derechos de los animales. Sí es cierto que, entre otras muchas preguntas, susctia algunas que pueden llevar a reflexiones sobre nuestros hábitos de comer carne de animales, sobre la existencia de zoos, sobre la importancia (o no) de la vida de una hormiga. Pero lo que buscan las cajas es suscitar preguntas genuinas en el lector, que tratará de responder a ellas y de argumentar su respuesta de la forma que mejor le parezca en base a su reflexión. 

Otro comentario que hemos recibido ha sido que parece un material perfecto para la “educación en valores”. Pero… “¿no hay respuestas?”, han añadido enseguida, algo sorprendidos. “Esto va a poner muy nerviosos a los padres o profesores”.

No, la caja no viene con respuestas. (Sí viene con un mapa visual filosófico de la crueldad que puede servir de guía para niños, familias, profesores y mediadores).

Tampoco partimos de ningún concepto, idea, opinión ni valor que deseemos inculcar en los niños lectores de nuestra caja Mundo cruel.

No tenemos un punto de llegada al que deban dirigirse los lectores.

Sí ofrecemos un punto de partida de observación, de indagación y de cuestionamiento real de nuestro mundo, nuestra vida, nuestros hábitos y nuestras actitudes.

Sí ofrecemos una pequeña sacudida a la inercia de nuestras razones por las que hacemos las cosas.

Pero no tenemos contenidos que insertar en el lector ni valores concretos y “correctos” que transmitirles.

Nos interesa mucho más la profundidad, la complejidad y la autenticidad de los valores y posturas cuando son el resultado de un proceso de reflexión libre sin censura en lugar de un proceso de adoctrinamiento, imposición o suave influencia en la dirección "adecuada".  

En caso de que haya mediador (nuestras cajas están hechas para que los niños las lean y miren y piensen a solas o en compañía), solo le pedimos una cosa: que se atreva a no adoctrinar. ¿Y eso cómo se hace? Pensamos que mediante un acompañamiento genuino en el proceso de la indagación. Las preguntas que propone Mundo cruel no sabemos cómo contestarlas la gran mayoría de los adultos y aquellos que sí pensamos que las sabemos contestar es muy probable que nos beneficiáramos de una reflexión sobre nuestras razones y justificaciones. 

Wonder Ponder presenta la filosofía como un juego que dificulta premeditadamente el adoctrinamiento. Mediadores, jueguen ustedes también y atrévanse a no adoctrinar. 

 

Texto de Ellen Duthie, ilustraciones de Daniela Martagón. 
(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

Un niño de 5 años explica por qué le parece más cruel matar a un perro que a una hormiga

Ellen Duthie

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, salió al mercado el pasado mes de noviembre con una edad recomendada de a partir de ocho años.

Sin embargo, el concepto de Filosofía visual para niños y los primeros materiales que hicimos surgieron en el seno de Filosofía a la de tres, un proyecto de filosofía con niños de preescolar que realiza la autora de Wonder Ponder Ellen Duthie en un colegio público de Madrid. 

Los primeros materiales que hizo la autora junto con la ilustradora Daniela Martagón fueron precisamente los proto-materiales de la primera caja Mundo cruel y se testaron con niños de cuatro años (¡alguno tenía tres!).

A continuación, ofrecemos una transcripción, traducida, de un breve diálogo mantenido entre una madre y su hijo de cinco años sobre una de las escenas de nuestra caja, en la que una niña aparece matando una hormiga con un lápiz.

Madre: ¿Qué está haciendo la niña?  

Niño: Está matando una hormiga con un lápiz puntiagudo. 

Madre: ¿Te parece cruel? 

Niño: Sí, porque es una manera muy bruta. Así: "cha cha cha". 

Madre: ¿Por qué te parece bruta la manera de matar a la hormiga? 

Niño: Porque la niña tiene la cara un poco bruta. Está poniendo cara de mala. 

Madre: ¿Tú has matado alguna vez una hormiga? 

Niño: Sí, pero no de esa manera bruta, bruta. 

Madre: ¿Cómo la has matado tú? 

Niño: Pues con el dedo, o con el pie, sin querer.

Madre: ¿Nunca queriendo? 

Niño: Sí, una vez maté una hormiga queriendo con el dedo, pero era un poco sin querer también. Le puse el dedo encima para ver qué pasaba y la maté. No pensaba que fuera tan fácil matarla. Estaba muy blanda, yo creía que eran más duras.  

Madre: ¿Y fuiste cruel? 

Niño: Creo que un poco, sí. 

Madre: ¿Te acuerdas que la semana pasada descubrimos un pequeño hormiguero en la terraza de la cocina? ¿Y que lo "limpiamos"? Matamos a muchas hormigas. ¿Te pareció cruel?

Niño: Bueno, un poco, porque se murieron, pero creo que no es igual que la niña. Tú las mataste para proteger nuestra comida. Pero la niña es muy mala. Está matando a la hormiga como riéndose, para divertirse.  

Madre: ¿Y te parece más cruel matar por diversión que matar por necesidad -o porque se piensa que se tiene necesidad-? 

Niño: Sí, porque matar por diversión no sirve para nada, solo para divertirte con algo que en realidad no es muy divertido. Pero matar para proteger la comida o si te pica un bicho, para que no te pique más, eso es diferente. 

Madre: ¿Y si, por ejemplo, viviéramos en el campo y viniera un perro a tratar de robarnos la comida? ¿Estaría justificado matarlo? 

Niño: ¿Un perro? ¡No! Si viniera un perro, llamamos a su dueño. Y reñimos al dueño, porque no sabe controlar a su perro, como cuando hacen caca en la calle y no lo recogen o cuando los dejan sueltos en parques y asustan a los niños. 

Madre: ¿Y si no tuviera dueño, si fuera un poco salvaje? 

Niño: (breve pausa) ¡Ah! Ya sé. ¡Podríamos llamar a una perrera! 

Madre: ¿Por qué te parece diferente matar un perro y matar una hormiga? 

Niño: El perro es muy grande. Matarlo sería demasiado cruel. 

Madre: ¿Es por el tamaño, entonces? ¿Cuanto más grande más cruel matarlo?

Niño: Sí, matar a los animales grandes es muy cruel. 

Madre: ¿Entonces te parece peor matar un elefante que un caniche?

Niño: Mmmmm. No. No, las dos cosas son crueles. 

Madre: Pero te parece más cruel matar un caniche que una hormiga. 

Niño: Sí.   

Madre: ¿Y por qué crees que te parece más cruel? 

Niño: Pues un perro... es más parecido a una persona. 

Madre: ¿En qué se parece más a una persona? 

Niño: En los ojos. A un perro, si le miras a los ojos, parece que te habla. Con una hormiga, no pasa eso.

Madre: ¿Crees que los perros son más inteligentes que las hormigas? 

Niño: Sí, mucho más inteligentes. Por eso. 

Madre: ¿Entonces no es tanto cuestión de tamaño como de inteligencia? 

Niño: Bueno, las dos cosas. Porque si un elefante tuviera una inteligencia de mosquito, también sería cruel matarlo. 

Madre: ¿Crees que la hormiga sufre? 

Niño: No lo sé. 

Madre: ¿Crees que la hormiga tiene miedo?

Niño: No lo sé tampoco, pero creo que sí. 

Madre: ¿Por qué lo crees? 

Niño: Porque si pones un dedo cerca de una hormiga, sale corriendo. Sabe que hay un peligro.

Madre: ¿Crees que la niña merece un castigo? 

Niño: Sí. 

Madre: ¿Qué castigo crees que sería apropiado? 

Niño: Que todas las hormigas fueran y le mordieran. 

Madre: Y si es en un colegio, ¿el profesor debería ponerle un castigo? 

Niño: Sí. 

Madre: ¿Y cuál sería el castigo que tú le pondrías si fueras el profesor? 

Niño: Decirle a las hormigas que muerdan a la niña. 

Madre: ¿Eso te parecería lo más justo? 

Niño: Sí, es el castigo que se merece. "Si tú matas a mi amiga, te muerdo a ti. ¡Mala!"

Madre: Si tú te encontraras a una niña o a un niño haciendo lo que está haciendo la niña, ¿qué harías?

Niño: Le diría: "¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡Que los lápices son para dibujar! ¡No para matar!"

Madre: ¿Te ha gustado mirar esto y hablar conmigo? 

Niño: Sí, pero ahora te quiero preguntar yo...

Madre: Adelante. 

Niño: ¿Y a tí? ¿Te parece cruel la niña? ¿Por qué? 

[y continuó la conversación...]

(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

¡Las abuelas habían comido gato! Crónica de la presentación de Wonder Ponder en Ilustratour

Ellen Duthie

ZooM de la escena "Sopa de gato" de Mundo cruel.

El pasado 8 de julio, la ilustradora Daniela Martagón presentó por primera vez al públicao el proyecto de "filosofía visual para niños" Wonder Ponder. La presentación tuvo lugar en la Casa de José Zorrilla de Valladolid en el marco del Festival Internacional de Ilustración Ilustratour.

Presentación de Wonder Ponder en Ilustratour, Valladolid. Julio 2014. En la imagen proyectada al fondo, un león sostiene una cabra en su mandíbula mientras sus cachorros esperan hambrientos. ¿Son crueles los animales?

Entre los asistentes, muchos ilustradores, algún editor y, para la sorpresa inicial de Daniela, un pequeño grupo de adolescentes y un encantador grupo de abuelas con sus nietos y nietas que habían entendido que se trataba de una actividad infantil. Tras los nervios iniciales y hacer una rápida recomposición mental de la situación, comenzó la presentación. 

Siempre hemos observado que la mejor forma de explicar y "vender" nuestro proyecto es que se vea en acción y eso es lo que ocurrió mágica y espontáneamente en Valladolid el día de la presentación. 
Nos lo cuenta en detalle la propia Daniela: 

Ya estaba algo nerviosa, pero al ver a ese público tan auténticamente variopinto, conformado por niños y abuelas locales, ilustradores de diversos orígenes y también curiosos, me puse más nerviosa aún, porque yo me había preparado más bien para una charla-entrevista "muy profesional" pensada para ilustradores y quizá algún librero o editor. 

Ante el temor de ahuyentar innecesariamente a aquellos que creían que venían a una "actividad de niños", respiré hondo y decidí lanzarme, entrando de lleno con nuestra sopa de gato, la escena de portada para Mundo cruel, la primera caja de Wonder Ponder que se publicará a finales de este año.

Daniela llevó tarjetas especialmente diseñadas para la presentación, con nuestra escena de "sopa de gato", con muchas preguntas desde todos los ángulos posibles por detrás. 

Tras repartir las copias de esta escena, no tardaron en surgir los murmullos y las risitas entre el público, y para mí, como por arte de magia, desapareció la tensión. 

Entonces pregunté "¿qué está pasando en la imagen?" Tímidamente, aunque con los ojos bien abiertos, empezaron algunos a responder: "¡Esas personas se están comiendo a un gato!" Y yo pregunté, "¿Alguien aquí ha comido sopa de gato alguna vez?" "¡Nooooooo!", fue la respuesta al unísono. "¿Por qué no?", pregunté. "Es asqueroso", contestó un niño. "Pero ¿cómo lo sabes? ¿lo has probado?", pregunté.

"Yo sí", dijo desenfadadamente una abuela de la tercera fila. "Y estaba bueno" 

El público leyendo con atención la escena y las preguntas intrigantes al dorso.


La respuesta nos tomó por sorpresa a muchos. "Era la guerra y pasábamos hambre", agregó. Otra de las abuelas tomó la palabra: "Es verdad, muchas veces nos decían que era un guiso de conejo u otra cosa, pero quién sabe cuántas veces no habremos comido gatos realmente". 

Así, lo que unos momentos antes parecía unánimemente descartado dio paso a nuevas preguntas. Si el gato está bueno, ¿por qué no lo comemos habitualmente? ¿Por qué nos parece cruel matar a algunos animales y a otros no? ¿Qué no comeríamos nunca nunca? "Insectos", dijo alguien. Yo les conté que en algunos lugares de México los chapulines (saltamontes) se tuestan y se comen, y los gusanos de maguey son un platillo muy elegante. "A mi me parece que están ricos." Muchos hicieron cara de asco, pero no les pareció que estuviera mal hacerlo. 

"¿Y comer humanos?", pregunté. "¡No!" "¿Nunca?" Nos quedamos pensando y recordamos las historias de personas que sufren accidentes en lugares aislados y se ven en condiciones extremas, sin manera de conseguir alimentos. "En ese caso es diferente, porque se trata de sobrevivir" dijo una niña. Nos pareció una buena respuesta y muchos estuvimos de acuerdo en que dependiendo de la situación las cosas cambian. 

Sin embargo no siempre matamos por necesidad. A veces no tiene nada que ver con eso. "¿Quieren ver otra escena?" "¡Sí!" Pusimos entonces en pantalla a nuestra niña mata hormigas. 

Daniela fue valiente y reconoció haber matado alguna que otra hormiga en su vida.  

Yo pregunté si alguien en la sala había matado hormigas como la niña. Extrañamente ningún niño dijo nada, pero todos los adultos levantamos la mano y nos reímos un poco. Un niño dijo que nunca había que matar hormigas. Alguien dijo que si se metían a la alacena sí. Otro niño dijo que las hormigas no servían para nada. Un hombre contestó que los osos hormigueros sí que las necesitaban para comer. Aunque no recordamos que hubieran osos hormigueros en Valladolid. 

¿Podemos matar aquello que nos parece que no sirve para nada? Muchos dijeron que no. Y sin embargo sí que lo hacemos muchas veces. ¿Por qué?  

Para poder hablar un poco sobre  el origen de Wonder Ponder, pregunté a continuación "¿Qué es la filosofía?" Nadie dijo ni mú. "¿Alguien en esta sala ha oído la palabra filosofía antes?" Silencio "¿Tal vez entre los adultos alguno cursó la asignatura en la escuela?" El público seguía callado. Al parecer la palabra filosofía intimida un poco. Así que yo compartí parte de lo que para mí significa la filosofía: hacerse preguntas, investigar por qué pensamos lo que pensamos, y compararlo con lo que piensan otras personas o han pensado en otros tiempos. 

Después pregunté a los demás si les parecía bien lo que habíamos hecho esa tarde, si creían que las preguntas filosóficas servían para algo. Muchos dijeron que sí: "para compartir", dijeron unos, "para pensar mejor", dijeron otros, "para conocernos", añadió alguien más. Pregunté a los niños si les había parecido demasiado difícil hacerse estas preguntas. "No", contestaron. Les conté que desde que empezamos el proyecto, muchas personas opinaban que no se podían dar esos materiales a los niños sin poner las repuestas, y que lo tenían que ver con los adultos, porque solos se podrían asustar o traumatizar. 

Les pregunté a los niños si habían sentido miedo al ver las imágenes. Todos dijeron que no. "¿Si se encontraran con esta caja en casa creen que verían la caja solos?" Una niña dijo que si era propiedad de alguien más no lo abriría. "¿Y si fuera tuya?" pregunté. "Ah, entonces sí", contestó. ¿Por qué asusta a los adultos que los niños se hagan estas preguntas, si a los niños no les asusta? 

Uno de los niños se animó a acercarse al frente para ver mejor la caja de Mundo Cruel, y se la llevó un rato para verla en su silla.

Este niño estaba curioso por mirar, tocar y leer el contenido de la caja de Mundo cruel.  
En la pantalla, al fondo, un boceto muy preliminar para una posible cubierta de Wonder Ponder magazine.  

¿Quieren ver más cosas? Como todos seguían atentos, puse la presentación que había preparado originalmente.

Conté a todos cómo Ellen Duthie, Raquel Martínez Uña y yo habíamos dado con el nombre de Wonder Ponder y cómo fuimos pensando en la idea de las cajas. También les mostré cómo a partir de una serie de preguntas sobre la crueldad, se proponía una ilustración, y todos los cambios que esta sufría antes de llegar a la versión final. 

Vimos algunas escenas más de Mundo Cruel, a los personajes y las mascotas de Wonder Ponder y con eso terminamos la noche. 

Algunos de los participantes generosamente nos dejaron en notitas sus comentarios y propuestas para temas de lo que les gustaría que habláramos en otras cajas.

La única nota en inglés, arriba a la derecha, dice: "Me inquieta que la inteligencia de los animales se mida siempre en función de su obediencia a sus dueños. Lo mismo ocurre con alumnos y profesores. ¿Qué piensan? 

Fue un encuentro muy ameno y cerramos el evento con un vinito en el tranquilo jardín de Casa Zorrilla, con la noche ya fresca. 

La Casa de José Zorrilla fue el espectacular lugar donde se celebró la presentación. Espectacular por dentro y por fuera.  

Queremos agradecer tanto a los colegas y amigos que asistieron, como a todos los demás invitados, y en especial al equipo de Ilustratour, a quien agradecemos mucho habernos invitado y acompañado. Lo hemos pasado bomba y nos ha encantado la oportunidad de compartir el Mundo Cruel con unos asistentes tan diferentes y participativos. ¡Yo he aprendido mucho de esta ocasión!

(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

¿Podemos ser crueles con nosotros mismos?

Ellen Duthie

Una de las escenas de Mundo Cruel, la primera caja de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños. es sobre la crueldad hacia uno mismo. Plantea preguntas como: 

  • ¿Alguna vez te has hecho daño a ti mismo o te has reñido por algo que has hecho? ¿Recuerdas por qué? ¿Crees que fuiste cruel contigo mismo? 

  • ¿Crees que cuando alguien se hace daño a sí mismo, deberíamos detenerle? 

  • ¿Podemos ser crueles con nosotros mismos? Si crees que sí, ¿quién es la víctima y quién el agresor?  

  • ¿Te parece que deberíamos castigarnos a nosotros mismos cuando hacemos algo que creemos que está mal? 

Estos son algunos de los bocetos que hizo la ilustradora Daniela Martagón, tratando de dar con la mejor representación de la crueldad con uno mismo para incluir en la caja de Mundo Cruel de Wonder Ponder. 

Boceto de Daniela Martagón. Estudio preliminar para Mundo Cruel de Wonder Ponder.  

Y tras mucho meditar, cambiar y probar, esta es la versión final: 

 

Mundo cruel, la primera caja de Wonder Ponder se publicó el 20 de noviembre de 2014, Día Mundial de la Filosofía. La segunda caja, Yo persona, sobre personas y robots, se publicará en mayo de 2015. Iremos informando de novedades y curiosidades por aquí. 

(c) Wonder Ponder. (Un sello de Traje de Lobo S.L.)

 

Un boceto del proceso creativo

Ellen Duthie

El proceso creativo detrás de las cajas de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños, es tan fascinante como gratificante. Una filósofa, una ilustradora y una editora trabajando juntas, nutriéndonos entre sí con sugerencias y sintiendo por fin la emoción de dar con la solución justa.

Cada caja comienza con una descripción por parte de la filósofa a la ilustradora de todas las escenas que se pretende proporcionen un mapa de una cuestión filosófica concreta. A veces se dan muchos detalles y se ve la escena de forma muy específica desde el principio; otras, se parece más a una lista del tipo de pregunta que se quiere que la escena provoque.

Y luego vienen muchos bocetos, mucho trabajo en la composición de la escena, mucho trabajo en los personajes, mucho para aquí y para allá, y muchas sugerencias y muchos matices, con frecuencia filosóficamente enriquecedores, añadidos por la ilustradora.

Y entonces se sientan la filósofa, la ilustradora y la editora y lo miran de la forma más crítica posible, antes de mostrárselo a niños y dárselo a probar a profesores y retocarlo, rectificar o variar en función de la reacción e interpretación observadas, para asegurarnos de que realmente cautiven e interesen y ofrezcan la suficiente complejidad y variedad de perspectivas como para que se dé un diálogo vivo y estimulante.

Y luego está el texto... pero en este post nos centramos en el desarrollo de la imagen. Estamos trabajando ahora en la segunda caja, Yo, persona, que saldrá en primavera.  Y estamos viviendo momentos similares a los que vivimos con Mundo cruel con la definición, por ejemplo, del personaje del extraterrestre en la escena del zoo. 

Aquí está la versión final: 


¿Pero veis este alienígena-ciempiés?

alienígena-ciempies

 

Estuvo a punto a punto de llevarse el papel, pero finalmente ganó el otro. 

¿Veis todos estos otros bocetos de alienígenas, y la composición ligeramente distinta de la escena, con el tigre de espaldas?


La eterna pregunta de cuántos ojos son demasiados y cuántos se quedan cortos. Y el tigre... pensamos que esa mirada de reojo no tenía nada que hacer frente a esos ojos profundos y tristes de la versión final.

Y como veis aquí, costó dar con la postura del niño en la jaula del zoo.

bocetos_niño_en_zoo

¡Qué bien nos lo pasamos!

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, se lanza en noviembre de 2014 y la segunda, Yo persona, en mayo de 2015. Iremos informando de novedades y curiosidades por aquí.

(c) Wonder Ponder. (Un sello de Traje de lobo S.L.).